Pantelleria es una paqueña isla italiana situada entre Sicilia y Túnez. La zona esta protegido paisajÃsticamente por unas estrictas ordenanzas que prohiben la implantación de nuevos edificios y permite únicamente la amplición de las antiguas construciones agrÃcolas denominadas “damuso”. Máximo con una nueva construcción de una superficie igual a la suya.
El “damuso” es una arquitectura volumétricamente muy simple, con paredes de piedra volcánica del lugar y cubierta de cúpula tabicada muy similar a arquitectura del norte de Africa. Antiguamente, se usaban como pequeño almacén y salpican todos los viñedos de la isla. Las vivendas campesinas eran agrupaciones de estos mismos elementos que iban aumentando en número a medida que se necesitaban.
Al “damuso” del solar se llegaba por un camino de mulos que salvaba con trazado preciso los bancales horizontales que descendÃan escalonadamente hacia el mar.
Se plantea el problema de cómo construir un Belvedere sobre el mar. Cómo dialogar frente al vacÃo que hace callar. El vacÃo que ahoga, asfixia y mata, necesita ser controlado, acotado, humanizado.
En el antigua damuso de sitúa el dormitorio principal. Un dormitorio auxiliar y el baño se han edificado al mismo nivel procurando no interferir la lectura del primitivo volumen. La sala de estar, comedor y cocina están en un solo espejo situado en un nivel más bajo. Esta sala se abre hacia el mar por una serie de balcones y hacia el monte por un patio posterior lo que permite una doble iluminación y una ventilación cruzada muy conveniente eb aquel clima. El uso ha demostrado el acierto del dimensionado generoso de terrazas y porches que se han convertido en auténtica sala de estar exterior.
La nueva edificación que por su tamaño debe ser forzosamente visible, no intenta acercarse a la antigua arquitectura popular ni tampoco a la generalizada arquitectura pseudo-mediterránea de blancas superficies redondeadas y arquitos. El espÃritu de los austeros y oscuros “damusos” se conserva en esta extraña ruina de nueva planta cuyos pilares de hormigón forman una pantalla ordenada y perenne tras la cual se desarrolla la variable vida cotidiana.