La necesidad de sorprender y ser diferente, la necesidad de crear a pequeña escala recuerdos de arquitectura monumental y la necesidad de formar parte de un proyecto de un conjunto más grande son factores que están presentes en el primer trabajo de Charles Moore. Y todos se aúnan claramente en el famoso condominio de Sea Ranch, cuya realización señaló el comienzo de la primera fase importante de su carrera como arquitecto.
Además, el condominio apareció en un momento en que parece que habÃa quien querÃa ver su arquitectura convertida en realidad. Por lo tanto, este edificio se convirtió en el de mayor influencia de su década; fue publicado, estudiado, discutido, fotografiado, visitado y copiado. Contribuyó a cambiar la faz de la arquitectura en Norteamérica.
Las sorpresas que inevitablemente mostraba el condominio de Sea Ranch provenÃan del hecho de que ignoraba abiertamente muchos de los trabajos de la arquitectura de aquel momento del siglo xx. Una excepción significativa la constituÃa el finlandés Alvar Aalto, a su vez un marginado en los cÃrculos de arquitectura modernista. Su ayuntamiento de Saynatsaalo fue el antecedente más claro del condominio de Sea Ranch.
El resultado, sin embargo, es californiano y recuerda viejos cobertizos y estructuras industriales del paÃs. Su aspecto, además, es amplio, construido con una técnica que habÃa sido tradicional en la realización de proyectos de casas hasta el nacimiento del Movimiento Moderno; la unión de cuerpos individuales de manera que pierdan su propia identidad, con el fin de crear un conjunto arquitectónico más amplio. Richard Morris Hunt dijo una vez, a propósito de su Casa Biltmore, en Blue Ridge, que «la casa representa en pequeña escala las montañas». En cuanto al Condominio, de Sea Ranch es en escala la sombrÃa costa norte.
La realización de los proyectos tiene doble motivación. Ningún edificio de Sea Ranch, de los cuales éste fue de los primeros, deberÃa despreciar el espléndido y desolado paisaje; no sólo esto, sino que este paisaje iba a ser aprovechado. Lo que se requerÃa era un esfuerzo para captar el entorno natural y, al mismo tiempo, establecer una serie de bases para construir allà otros edificios. El intento no llegó a ser un éxito completo y esto deberÃa ser una enseñanza para cualquier arquitecto que quiera influir en el entorno con su trabajo.
Al final, «estos vientos que difundieron el “idioma del Sea Ranch”, por el extranjero y lo hicieron famoso -ha dicho Charles Moore-, difundieron también versiones descuidadas de chalets suizos y casas con desniveles por esta espléndida costa melancólica». «Pero no acertamos -añade-. Buscábamos un modelo de edificio acorde con el vasto paisaje que requerÃa una categorÃa superior a la de muchas otras casas y una atención a los detalles, mayor que la que podÃan tener la mayor parte de la gente que trabajaba en algún lugar.»
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La arquitectura difundida del Sea Ranch es también una consecuencia del planteamiento conceptual del “Master Plan” que la facilitó. Dicho planeamiento fechado en 1962 está firmado por Lawrence Halprin, Joseph Esherick y el equipo MLTW al que pertenecÃa Charles Moore junto a Donlyn Lyndon, William Turnbull y Richard Whitaker.
En la memoria de dicho plan que aparece en la exposición “Lawrence Halprin: Changing Places” celebrada en el San Francisco Museum of Modern Art en el 1986, se apunta:
En un emplazamiento de 5.000 acres, con diez millas de fachada oceánica en la costa norte de California, el Sea Ranch representa un gran avance urbanÃstico en basar el desarrollo de una comunidad en principios ecológicos y pidiendo la menor alteración posible del ambiente nativo. … Halprin pasa los fines de semana acampando en las playas del sitio, estudiando los efectos del tiempo y trazando patrones de viento para la mejor ubicación de las viviendas. … El mayor desafÃo que afronta Halprin es cómo preservar el carácter de la tierra, al tiempo que se realiza un desarrollo relativamente denso en ella. Según su plan, las viviendas están metidas en los marcos naturales de las colinas, en lugar de abrazar la costa, como habÃa sido tÃpico de los desarrollos frente al mar de California. Las instalaciones recreativas se hunden en el paisaje para resguardarse de los vientos y asegurar su invisibilidad en el horizonte. Las unidades de condominio y las casas individuales se agrupan para ofrecer vistas y privacidad mientras se preserva el máximo espacio abierto como áreas comunes para toda la comunidad. El revestimiento de madera y los techos inclinados se relacionan con las granjas y las estructuras simples y rústicas que habÃa previamente en el sitio…