Rafael Moneo + GCA Architects + Lucho Marcial Torre Puig

Date: November 29, 2015

La Plaza Europa se levanta a medio camino entre el Aeropuerto de El Prat y la ciudad de Barcelona, con la pretensión de convertirse en un nuevo centro de atracción de toda el área metropolitana. La planta de situación refleja bien lo que fueron las intenciones de quien la trazó, Alberto Viaplana, vencedor de un concurso convocado para su proyecto. Y tal vez no está de más el decir que el arquitecto parece haber tenido más interés en subrayar el valor que en el área metropolitana tiene la intersección que definen la vía Joan Carles I y la avenida de la Granvía de l’Hospitalet –en el que la presencia de la Feria de Muestras juega un destacado papel– que en configurar un episodio urbano en el que las nociones de volumen y espacio prevalecieran. Frente a una posible compleja, agitada y densa volumetría, un despliegue abstracto de torres claramente identificables y autónomas. Y así, las torres –los elementos arquitectónicos con los que se trabaja– se entremezclan con “crescents” y abrazan, sin solución de continuidad, la citada intersección sin definir una clara y evidente geometría. El resultado es un vacío urbano en el que hacen acto de presencia torres que percibimos como independientes, sin aparente relación entre ellas. Una de estas torres es la nueva sede corporativa de Puig que, tratando de coincidir con la nueva imagen urbana de Barcelona, ha elegido la Plaza Europa para levantar su sede.

La torre respeta estrictamente la planta y la altura establecida en el planeamiento y el propósito de que fuera percibida como una figura unitaria y no como una simple superposición de plantas horizontales, ha llevado a plantear la espiral vítrea que envuelve el volumen. El deseo de que la Torre Puig asumiera la carga iconográfica que corresponde a su condición de sede corporativa, parece estar satisfecho con la rotunda geometría de su arquitectura, en tanto que la contundencia de la espiral lleva a una forma que, en su pureza, alude al valor que Puig ha dado siempre a los contenedores de sus fragancias. Por otra parte, la espiral nos lleva a pensar en el continuo afán de superación que ha estado siempre presente en la aventura empresarial de Puig.

La planta de la torre –un cuadrado de 27.50m x 27.50m– muestra el protagonismo del núcleo, que no sólo resuelve las comunicaciones verticales y los servicios e instalaciones mecánicas, sino que también contribuye a definir y estructurar la superficie útil. Y ello sin menoscabo del papel definitivo que en la solución de la estructura resistente tiene. Alrededor del núcleo se despliegan las áreas de trabajo desde las que se disfruta del paisaje urbano que proporciona una ciudad como Barcelona por sus cuatro costados. La banda vítrea contribuye a dotar a los espacios interiores, bien sean éstos oficinas, despachos, salas de reunión o espacios singulares, de un atractivo filtro a un tiempo que ayuda a mejorar, por otra parte, las condiciones de aislamiento del edificio que, dicho sea de paso, ha merecido la calificación del LEED gold.

Convendría señalar también cuánto la neutralidad con la que el núcleo se instala en la planta cuadrada ha permitido resolver el complejo programa y quien estudie las diversas plantas verá que pueden llevarse a cabo las más variadas disposiciones –haciendo uso de una modulación de 1.35, 2.70, 4.05 y 8.10– presente en la definición de todos los elementos arquitectónicos que componen la torre.

Especial atención se ha prestado al encuentro de la torre con el plano horizontal, resuelto mediante un estanque en torno a la torre, desde el que arrancan las bandas de la espiral. Naturalmente, el estanque se interrumpe en la fachada desde la que se accede a la torre, enfatizándose el acceso mediante una protección metálica en la que también se hacen sentir los efectos de la geometría impuesta por la espiral, a la vez que en el umbral de la entrada protege de la lluvia.

Por último, decir que la jardinería ha contribuido decisivamente a dar al plano horizontal un uso al que el planeamiento no parece haber prestado tanta atención. Convertir el abstracto plano horizontal en el que reposan las torres en un jardín es una meta que la jardinería de la torre introduce y confiamos anime a la ciudad de Hospitalet a entender la Plaza Europa también como un cuidado enclave verde capaz de fomentar una intensa vida urbana.

El programa corporativo está compuesto por un auditorio o sala de debates que sigue el modelo Harvard de aula participativa, y junto con unas salas de reuniones anexas se sitúan en el nivel -1. A través de una escalera que discurre paralela al núcleo dentro de un doble espacio, se vinculan con la planta baja. En dicha planta se sitúa el vestíbulo y el área de recepción y a través de una escalera circular, que puntúa el espacio, se establece una conexión directa con la planta primera, que aloja la cafetería, dicha planta no ocupa toda la superficie, dejando parte de ésta vacía , creándose un doble espacio que singulariza el vestíbulo.

En planta 2, se sitúa el restaurante, con la cocina adosada al núcleo y circulando paralelamente a fachada.

El programa de zonas comunes, se completa en planta 3, en el que se ubica el gimnasio con sus correspondientes vestuarios, también adosados al núcleo.

El resto de plantas son operativas, y van encajando las distintas necesidades del programa organizativo, destacando las plantas 6 y 7 unidas entre sí, con una escalera metálica paralela al núcleo y la planta 9 que contiene el programa de las salas de visitas y reuniones.

Se partió de unas distribuciones que liberasen de cerramientos los espacios de planta, por lo que desde el vestíbulo del núcleo se acceden a éstas usando configuraciones de “open spaces”. El programa más privativo se concentra en los restantes laterales, situando en ambos dos volúmenes vidriados con sus respectivas particiones.

Con la implantación se ha pretendido seguir con la neutralidad, ligereza y pureza que transmite la Arquitectura, el vidrio, el blanco como color predominante en techos, armarios, paramentos verticales y mobiliario, buscando una unidad entre la arquitectura y sus interiores.

La madera de roble natural aparece en aquellos espacios en los que se requiere crear unas atmósferas distintas para que los usuarios puedan abstraerse del conjunto, realizando un uso concreto, rompiendo con la homogeneidad del resto, como son el auditorio, restaurante y gimnasio.

Resaltar los vestíbulos de planta y los ascensores, que se han tratado como cajas de inoxidable, como núcleo tecnológico de circulación vertical.

1 Comment

  • Antònia i Martí December 4, 2015

    Vaja doiot!

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