Salvador Viñals & Josep Domènech La Modelo

Source: Filippo PoliPhotography: Filippo Poli
Date: November 12, 2021 Category: Classic

La cárcel Modelo de Barcelona fue proyectada por los arquitectos Salvador Viñals y Josep Domènech basándose en las ideas del panóptico de Jeremy Bentham (Le Panoptique, 1780): un edificio de planta radial con una cúpula central desde donde el guardián podía controlar los pasillos de las celdas sin que los prisioneros pudiesen saber si estaban observados.

La idea principal de la teoría del filósofo británico, que Michel Foucault definía dos siglos más tardes como la “dictadura de la mirada” (Discipline and Punish, 1975) era crear la sensación de una vigilancia constante de los encarcelados para fomentar el control y la disciplina de los mismos.

La Prisión Celular de Barcelona, su primer nombre, nació en este contexto y fue inaugurada en 1904, tras 16 años de construcción llegando pronto a ser llamada “Modelo” porque debía servir de ejemplo para la nueva reforma penitenciaria emprendida en esos años en España. Pero nunca llegó a ser un modelo: proyectada para 647 presos, en apenas dos años desde su inauguración, sufrió el primero de muchos motines que se volverán recurrentes en su historia a causa de la masificación de los presos.

La teoría de Bentham chochó con el mundo real: un sistema rígido como lo de una prisión no era capaz de adaptarse al entorno orgánico de la ciudad y de la sociedad que la rodeaba. Cuando la prisión fue edificada surgía en las afueras de la ciudad, pero, con la expansión urbana del posguerra, los edificios empezaron a englobarla y surgieron los problemas: desde los pisos más altos de las viviendas circundantes, los familiares podían comunicar con los presos durante la hora de aire y tiraban de todo en los patios de la prisión. Se instalaron unas grandes redes metálicas para “filtrar” los objetos y enjaular aún más los presos.

Pero la droga seguía entrando: la metían en una bolsita de té con un cubito de hielo en el hilo, la tiraban a la valla y cuando se deshacía el hielo caía la bolsita dentro de la cárcel. En el año 1983 un francotirador llegó a matar a un gángster francés con dos disparos efectuados desde la azotea de unas de las casas de enfrente. La Modelo y el sistema penitenciario que representaba se había casado con la idea de vigilancia del totalitarismo de Franco: fue centro de internamiento de presos políticos y de figuras importantes de la vida social, cultural e incluso religiosa.

Pero con la caída de la dictadura en España en 1978 este edificio obsoleto y desgarbado se convirtió en un problema para la ciudad. ¿Qué hacer con el?

Yo he tenido la oportunidad de entrar en sus entrañas pocos días después que el último preso fuese trasladado: aún podía sentir la peste del sufrimiento de la reclusión. Parecía escuchar los ruidos de las puertas metálicas que se cerraban dejando atrás una vida. En las celdas colgaban páginas de revistas con los futbolistas del momento, graffitis de amor, violencia y desesperación. Me faltaba el aire y mis pies se pegaban a la suciedad de la historia de este lugar. He fotografiado todo lo que he podido, el panóptico, las celdas, los espacios comunes, los patios y pequeños detalles de las vidas que han pasado por aquí: rastros para recordar qué significa vivir sin libertad.

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