Isaki Lacuesta Filmación de dos casas de RCR

Photography: Jaume PratVideo: Isaki Lacuesta
Date: November 3, 2015

Aceptémoslo: los arquitectos nos explicamos fatal. Hacer un proyecto es una batalla larga, complicada y exigente. Uno de sus daños colaterales acaba siendo la ausencia de visión perspectiva sobre los proyectos de uno. Y de los amigos. Y bien… sobre los proyectos. Que, como suelen remitir a las ilusiones personales o colectivas de un promotor público o privado que está invirtiendo mucho dinero en organizar aire alrededor de un equipamiento (también) muy caro en precio material y/o simbólico y/o sentimental(1) tiende a creerse más importante de lo que es. Sí, compañeros arquitectos: es perfectamente posible, incluso saludable, pasar al lado de un edificio que ha costado sangre, trabajo(2), lágrimas y sudor sin prestar demasiada atención. Y sin que ese prestar demasiada atención signifique convertirse en un Neanderthal insensible.

A pesar de todo esto, la arquitectura es emoción. Mejor todavía: la arquitectura son emociones secretas, íntimas. Sin negar, obviamente, que éstas puedan eventualmente convertirse en colectivas. Son emociones como por casualidad. Son emociones iguales a aquellas que causan los amores a segunda vista. Que, si os paráis a pensarlo bien, son los verdaderos: aquellos amores producto de un clic que transforma eso que se ha vivido tantas veces, eso cuotidiano en el hecho, en el edificio, en la persona más extraordinaria que existe. Como si fuese obvio desde siempre. Son aquellas emociones que se llevan su propio tiempo, que transforman tu relación con aquél hecho/edificio/persona en algo extraordinario. Extraordinario desde el primer día. Extraordinario desde siempre.

Casa Entremurs 2014

Isaki Lacuesta mira así la arquitectura. La mira a solas. La mira sin importar qué dice el arquitecto. La mira sin importar qué se haya publicado previamente. A Isaki le importa aquella arquitectura que tiene delante. Porque para Isaki la arquitectura es transitiva. La arquitectura no es, por tanto. La arquitectura se hace. Constantemente. La arquitectura como nosotros la entendemos es, tan sólo. La condición previa a lo que lo es para Isaki: acción (3). Arquitectura es aquello que nos permite realizar determinadas acciones y que, a través de su presencia, las trasciende. La arquitectura no es estática. La arquitectura responde al tiempo, al clima, a nuestros estados de ánimo. A las interacciones de los usuarios. Y lo hace a cada momento.

Pero no es sólo esto a lo que nos enfrentamos en este film. Isaki tenía, desde hace tiempo, ganas (4) de enfrentarse a la arquitectura de RCR de un modo activo. Así que, casi sin avisar, decidió irse a vivir a algunas de las casas que el equipo ha ido construyendo a lo largo de los años. Presentándose allí y conociéndolas. Ola k ase. El resultado no es la mirada del habitante. Es la mirada de alguien que busca. Que quiere entender. Conocer. Es aquella actitud que tienes cuando no sabes si el tipo de relación que tendrás con alguien que te gusta se basará en el amor o en el sexo.

Casa Horitzó 2013

La película, o la instalación, se estrenaron en el Arts Santa Mònica un atardecer de finales de septiembre, proyectada en el claustro del monasterio desamortizado que forma la instalación, en un espacio cuadrado formado por cuatro pantallas enfrentadas dos a dos. Jamás se podía ver entera. El movimiento del espectador, una cierta incomodidad a la hora de sentarse, la busca constante de la pantalla adecuada procurando, o rogando, que la que tenías a la espalda no mostrase nada más interesante que la que habías decidido mirar, convertían al espectador en el último montador(5).

Conozco de primera mano las dos casas representadas en esta película, y las he vivido lo suficiente como para poder asegurar que el resultado se aproxima bastante a lo que significa estar allí físicamente. Al menos cuando ésta se proyectaba en cuatro pantallas enfrentadas dos a dos. No sé si la película es arquitectura en sí misma. No lo sé todavía, mejor dicho. Lo que sí sé es que la muestra con total fidelidad(6). Y que, un año antes que Isaki, me alegré de poder encontrar el Misterio de la Casa Entremuros sin haber sido capaz, buro de mí, de ponerle nombre.

(1) O sea: valioso.

(2) Se tiende a olvidar que Churchil, en su discurso, aludió también al trabajo: no es suficiente con sufrir. También hemos de arremangarnos.

(3) Aftermath. O así.

(4) Y el encargo.

(5) Las palabras son del propio Isaki.

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