Archikubik Edificio de 32 viviendas de alquiler

Source: ArchikubikPhotography: José Hevia
Date: February 15, 2013 Category: Bcn

Los proyectos tienen muchas vicisitudes, todos lo hemos sufrido. Incluso el proyecto aparentemente más sencillo es en realidad largo y complejo. Este también.
Este proyecto empieza hace mucho tiempo. Las condiciones eran claras. Buen tiempo. Pero todo cambió.

El proyecto actual es un palimpsesto, una tabla con muchas historias precedentes escritas y proyectadas. Tiene el grueso del tiempo y aún está sensible a cambios en el futuro. Sin embargo pensamos que es un buen ejemplo para ilustrar como un tiempo largo de proyecto genera proyectos mejores. En nuestra cultura rápida este tipo de proyectos son la excepción y de esa excepción nace un proyecto que ha sido muchas cosas, antes que una pequeña torre. Pensamos que el modelado inducido por el tiempo ha mejorado su comportamiento urbano.
El proyecto busca hacer tangible, real, medible incluso, algunas premisas en las que creemos. El edificio es un ejercicio de densidad y compacidad a la vez que un re-activador del espacio urbano. Creemos en la ciudad densa, en la ciudad compacta en la ciudad sostenible como resultado de lo anterior. Aquí pudimos proponer convertir un edificio de PB+4 y 70mts de fachada, en un edificio de PB+10 y 12.45mts (excepto la Planta Baja que es mayor). Pudimos convertir un edificio “muro” y por tanto un delante y un detrás, en un edificio rótula, atento a los cuatro vientos. Pudimos convertir un edificio simple en su configuración volumétrica e insensible a las condiciones del contexto en un edificio articulado en sus volúmenes y sensible a las calles laterales (calle Eusebi Planas y calle Riego), atento al Passeig Sant Antoni y dotarlo de una cierta escala urbana, desde la escala humana.
Y a todo esto, ¿qué ganó la ciudad? Para nosotros está claro; La ciudad gano una plaza en la encrucijada de calle Eusebi Planas y la calle Autonomía. Gano el liberar de edificabilidad la conexión peatonal magníficamente resuelta mediante una rampa entre la calle Riego y el Passeig Sant Antoni, y gano a nuestro parecer la sección del Passeig al edificar en un solar que quedo como “resto”, cuando en la década de los 60 se cubrió la entrada del tren a la ciudad por la puerta sur hasta la estación de Sants. No está mal.
Otra premisa: Nos interesa pensar y hacer edificios relacionales, no objetos mudos, autistas en un lugar, sino más bien proyectos que cambian con la luz del día (fachada de aluminio), proyectos que favorecen a aparición de espacios público privados (EPP) de encuentro (planta palafítica), proyectos que ayudan a entender la sección de una calle (patio inglés en las diferentes entradas), edificios que buscan establecer un diálogo con lo circundante sin caer en la autocomplacencia. En otras palabras, hacer edificios vivos, con lecturas diversas, con respuestas cambiantes.

En resumen el proyecto debe resolver el encuentro de un barrio (El triangle), de calles estrechas y estructura casi suburbana, con la gran avenida del Passeig de Sant Antoni. Para aumentar en un grado la complejidad de ese encuentro, el barrio del Triangle esta situado 3mts. por debajo de la cota 0 del Paseo. Y en medio de esa situación de piel, tenemos un subsuelo plagado de vías de tren e infraestructuras.
El resultado final resume en tres decisiones la solución urbana adoptada:

1.- El edificio mantiene las direcciones principales del barrio que tiene debajo. Es decir actúa como “cabeza de puente” urbano entre el tejido ortogonal del Triangle y la directriz oblicua y forzada del Passeig de Sant Antoni haciendo las labores de Acupuntura Urbana.
2.- En planta baja el proyecto reconoce el Passeig de Sant Antoni y consume todo el solar. En planta 1ª reconoce la calle Eusebi Planes y por tanto todo el tejido urbano precedente. Incluso volumétricamente se adecua a la lógica de este tejido. En las plantas superiores el edificio se libera y siguiendo la trama del Triangle (el barrio justo debajo que queda tras el edificio) se convierte en una torre a cuatro vientos, cuatro fachadas, cuatro puntos cardinales.
3.- El volumen de la torre se separa de los lindes para convertir medianeras en fachadas. Es el nexo de unión entre la traza del paseo y las trazas del barrio. Esto lo obliga a subir hasta 10 alturas pero podría haber sido más alto. La torre no es en realidad un edificio alto para los parámetros de Barcelona pero debido a la poca superficie por planta (250m2) se convierte en un rectángulo de 12,45×15,50. Estas medidas dotan a la torre de esbeltez y la convierte en algo menos que una torre (mínimo 25 alturas) pero en algo más que un edificio alto. Además contextualmente el edificio se equipara a edificios de 10 y 11 alturas que tenemos delante, buscando una relación entre iguales a ambos lados del paseo.

En cuanto al objeto arquitectónico el proyecto responde a otras tres preocupaciones que en su momento nos parecieron fundamentales. Hoy todavía nos lo parecen.
A.- Diferencia y Repetición. La primera consideración fue romper la repetición en serie de las 10 alturas de la torre. No podíamos entender el volumen de la torre como un prisma plano e indiscriminado y sin embargo cada planta tenía el mismo programa, viviendas de 2 habitaciones y aproximadamente 62m2 y 2 estudios de 40m2. Para dotar de un cierto movimiento el fuste de la torre y aprovechando las vistas francas que la posición urbana nos ofrecía en cada fachada decidimos girar el programa de las viviendas más grandes en cada planta. Es decir en las plantas pares las salas de estar miraban a Noroeste y en las impares a Noreste. Esta pequeña estratagema permite estructurar el volumen a través de un plano plegado, zigzageante que recorría todo el fuste. Además hicimos reverberar las plantas retirando o alargando los planos del cerramiento con lo que conseguíamos terrazas lineales que protegían del sol las plantas inferiores, actuando de protección solar pasiva. Las plantas están conceptualmente repetidas pero proyectualmente son diferentes y volumétricamente parecen cajas apiladas. Ritmo, ritmo…
B.- En una torre siempre existe el problema de cómo acabar el edificio. Aprovechamos el zig-zag para construir un plano final, más virtual que real que nos permitiera rematar el ritmo de las plantas y esconder las instalaciones. Planos y contraplanos tienen donde acabar.
C.- El mismo problema lo tenemos en los pies. Como empezar una torre o dicho en el lenguaje de la vieja escuela como solucionar el encuentro entre la torre y el plano horizontal que la soporta. Aquí aprovechamos la compleja distribución de volúmenes de las 2 primeras plantas para “no hacer”. La torre debía de leerse autónoma de las situaciones de reconocimiento urbano explicadas anteriormente. Suspendimos la torre, es decir creamos una planta palafítica para vertebrar el encuentro de la torre con los volúmenes de las plantas Baja y Primera. La torre descansa sobre una línea de sombra, el viejo truco de los encuentros imposibles. ¡Que corra el aire!

1 Comment

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

Close
Close
Close