Fuente: Europaconcorsi, Francisco Mangado, Arquitectura Viva
Fotografía: Juan Rodríguez
Teulada-Moraira es uno de esos municipios duplicados físicamente. Bien pudiera haberse llamado Teulada de arriba y abajo, o Moraira de arriba y abajo. El caserío de Teulada está en la montaña, el de Moraira más hacia abajo, siguiendo un valle de unos cinco kilómetros a orillas del mar Mediterráneo. Una situación administrativa que no se corresponde con la realidad física.
El edificio del nuevo auditorio es un puente de unión entre ambas realidades físicas del municipio. Una referencia que permite ver y ser visto desde ambos puntos.
El programa resulta sencillo en lo que al tipo de salas y usos de apoyo se refiere. La organización y disposición de piezas sufre una auténtica transformación geométrica y espacial hacia la fachada sur que, siendo la que se orienta al mar, se convierte en el elemento más singular y con más contenido del proyecto. Su profundidad le confiere un sentido de sección arquitectónica que obliga a leerla en tres dimensiones, en términos de espacio, alejándose en todo caso de una reductiva dimensión bidimensional. En términos metafóricos esta fachada recrea una topografía asimilable a una playa pétrea que, desde la distancia, y con su profundidad, permite leerse fundida con el mar. En términos más práticos su geometría profunda y quebrada nace del estudio de la incidencia solar y de la geometría por ella generada, especialmente en verano, y su configuración final tiene como objetivo que nunca los rayos del sol incidan de manera directa en el interior. La base de esta “fachada” está formada por una gran sala de exposiciones que, a modo de “bodega”, iluminada muy tenuemente por la luz que logra traspasar el grueso enrejado vertical de hormigón, fresca en verano y cálida en invierno, dote de argumento funcional a una decisión, la de la fachada sur, que fundamenta su sentido en referencias más conceptuales.
Sugerencia: Intenta encontrar, por ejemplo, un edificio representativo (esto es un auditorio, no lo olvides) de los últimos años con una fachada de acceso la mitad de austera que ésta...
Fórmate en la arquitectura y luego ya opinarás, si quieres... no hay prisa.
Ah, y la forma no llega a la cabeza, es un resultado y además no es tan importante, lo dice y lo hace Llinás.
Me gustaría saber si la visibilidad del graderío, que es más bien un apéndice, es la correcta, por no hablar de la acústica, estándo orientado con un ángulo que parece más un divagación que otra cosa, no me plantearía si quiera si alguien habló del arco capaz. Tal vez la magnitud de la sala solucione todo...
Decía Josep Llinás que algunos arquitectos al ver que a su alrededor un contexto que no les agrada no les "queda más remedio" que actuar con artillería, no sé si este proyecto es muy amable con el paisaje que lo rodea, que parece ser muy bello, pero afirmar que no nos debe preocupar modificar el entorno es un poco irresponsable.
Podríamos entrar en cuestiones más funcionales y constructivas, aunque tampoco tenemos mucho detalle con las plantas a esa escala, he creído apreciar que las barandillas de las escaleras son meros planos de vidrio por ejemplo.
Respecte l’últim comentari: ¿?... es que només es pot fer crítica dels aspectes constructius d’un edifici? Siguem seriosos.
Hi ha moltes maneres de reduir l’impacte que genera un volum tan rotund sobre el paisatge.
Des d’estratègies per enterrar o semi enterrar part del volum edificat, treballar l’edifici com si estigues fragmentat, introduir més ombra per tal de treure-li presència física, desmaterialitzar-lo a través de veladures, filtres o transparències,.... en definitiva, ser més sensible al lloc on s’emplaça.
No és un pel frívola tanta gestualitat?
No és un volum massa compacte i massiu pel lloc on es col·loca?
bufff...de debò que això és bona arquitectura?