Vivir en los límites de un parque natural
El proyecto se localiza en el límite del Parque Natural de Sant Llorenç de Munt i l’Obac en Matadepera. El solar tiene una geometría estrecha y alargada, que presenta un desnivel topográfico hacia un riachuelo. El lugar ofrece unas vistas panorámicas hacia el macizo de Sant Llorenç de Munt y del monolito Cavall Bernat, dos elementos emblemáticos del paisaje local. A pesar de las potencialidades naturales del sitio, el terreno se encontraba parcialmente desforestado y en mal estado. Esto supuso establecer como estrategia su recuperación ambiental y construir un edificio que respetara e interactuara delicadamente con el entorno.
Una casa en simbiosis con el entorno
La casa se desarrolla en una sola planta, adaptándose a la topografía del terreno.
El proyecto busca integrarse de manera harmónica en el paisaje, con un diseño que minimiza el impacto visual en su entorno. La casa se distribuye en “tres pabellones”, que se desplazan y organizan de manera funcional. Estos tres volúmenes de cubierta inclinada están unidos por un porche con cubierta plana, que actúa como elemento de transición y conexión entre las diferentes partes de la vivienda.
Los volúmenes crean una sensación de separación y al mismo tiempo de unidad. El primero más cerrado y de mayor intimidad está dedicado a los dormitorios. Los otros dos, más abiertos y conectados por una chimenea central, albergan la sala de estar, la cocina y el comedor. Los desplazamientos de los volúmenes crean un juego de espacios y vistas, orientados de manera que permitan una visión diagonal hacia el panorama y el hito del Cavall Bernat. Se abren al paisaje y al mismo tiempo se cierran para garantizar la privacidad respecto a los vecinos más próximos. Las ventanas correderas más grandes se abren ofreciendo vistas diagonales panorámicas hacia el macizo montañoso, mientras que algunas ventanas puntuales enmarcan la vegetación y el bosque más próximo.
Criterios constructivos sostenibles
La construcción y los materiales utilizados intentan respetar el entorno natural, se proponen criterios constructives atentos con el medio ambiente y que puedan generar confort y bienestar para los usuarios.
Una base y zócalo de hormigón armado es el soporte utilizado para el resto de la casa construida integralmente con madera, sea la estructura vertical y horizontal como los acabados. Se utilizan dos tipos de madera: abeto tratado para el soporte estructural y el entramado ligero de fachadas se reviste con madera de alerce carbonizada. Esta técnica aporta protección a la madera mejorando el rendimiento frente a inclemencias de clima, evitando la putrefacción, la infestación de insectos y manteniendo las características técnicas y estéticas invariables en el tiempo.
La casa consigue reducir considerablemente el consumo energético gracias al sistema de aerotermia en combinación con placas fotovoltaicas y un aislamiento de fibra de madera con un grueso superior al normativo. Un sistema de recogida de aguas pluviales con depósito permite reducir el uso de agua potable tanto en el interior de la vivienda como para el sistema de gota a gota del jardín.
En el exterior, se mantiene la máxima permeabilidad del terreno, minimizando las áreas pavimentadas exteriores y se ajardina solo la zona más cercana a la edificación dejando el resto del solar como zona de bosque natural manteniendo la idea de recuperar la atmósfera y belleza original del lugar.
