Breuer ensaya una planta en forma de L, en la que juega un papel esencial el muro de mampostería sobre el que reposa la fachada que se orienta al bosque. Los muros de piedra se encargan de articular la suave pendiente y otorgan a la planta de la casa una forma rectangular. La obra de mampostería se adjudica a la parte en contacto con el terreno, y de este modo adquiere un papel en cierto modo fundador, creando una especie de temenos o basamento para la implantación. El espacio comprendido entre este largo muro y la figura en L es como una terraza elevada que protege y ayuda a dominar el paisaje circundante. El muro, que es algo más alto que el nivel del suelo de la terraza, forma una defensa o antepecho que entra también en el interior. Este tema será desarrollado de una manera más expresiva en la casa Stillman II, construida en 1965.
La sabia disposición de algunos muros, muretes y pavimentos definen, en complicidad con algunos grandes árboles, un agradable espacio de entrada.
Breuer establece un contraste entre los muros de ladrillo pintados de blanco, que son los límites de la vivienda, y el zócalo rugoso y oscuro sobre el que parecen reposar. La lógica visual no coincide con la constructiva pues, de hecho, se trata siempre del mismo plano vertical. Debe entenderse que el uso de este recurso es específicamente arquitectónico porque manifiesta la voluntad de distinguir visualmente la parte de la construcción que da forma al suelo, de aquella que se construye sobre él, aclarando así la relación de la casa con el sitio. Breuer traduce aquí la experiencia anterior de la casa Geller, en la que las paredes balloon frame se protegían frente a la pudrición separándolas del suelo mediante un zócalo de piedra. Pero en este caso la descomposición en planos -a la que ayudan las distintas líneas de sombra horizontales que, como molduras, ordenan la fachada- alcanza a tener una elegante y abstracta plasticidad. Los muros en celosía enriquecen la composición al introducir una vibración rítmica entre la rugosa piedra vista natural y el paramento cerámico continuo y pintado de blanco.
La casa fue ampliada años después por Herbert Beckhard, ocupando parte de la plataforma rectangular, de modo que el esquema en L fue reconducido a la forma en U, lo que dio lugar a un pequeño pero agradable patio situado en el centro, desde el que es posible salir al jardín boscoso.
