El emplazamiento es una ladera montañosa, al pie de la sierra de Rokko en Kobe, orientada al sur y con una pendiente de 60 grados, Ando aceptó el reto que ofrecía el terreno con gran determinación y concluyó un conjunto residencial al cabo de cinco años. Este edificio, pegado a la ladera como si de un escalador se tratara, ofrece un aspecto único. El proyecto era arriesgado desde el punto de vista tecnológico, legislativo y económico. La obra no podría haber sido diseñada por nadie más que Ando. Vista la ladera original, ¿quién, si no, podría haber tenido la disparatada idea de construir un edificio de apartamentos en esta escarpada ladera una vez vista?.
La primera fase del proyecto comenzó en 1978 y finalizó en 1983. Dos años después de su conclusión, Ando hizo pública una segunda fase con un complejo de apartamentos cuatro veces mayor que el de la primera fase. Al cabo de casi ocho años, finalizó la segunda fase, tras la cual se embarcó de inmediato en la tercera fase. Esta fue concluida en 1999. Actualmente, se desarrolla una cuarta fase. Ando ha estado edificando en esta zona durante treinta años, como si estuviera determinado a cubrir toda la ladera con sus edificios. Ha supervisado el desarrollo de este conjunto de edificios de apartamentos con gran minuciosidad, llegando incluso en alguna ocasión a regar las plantas él mismo. Aquí tiene un conjunto arquitectónico de su entera disposición.
El complejo de la primera fase es una retícula tridimensional, basada en una unidad de 5.4 m por 4.8 m en planta, que sigue la pendiente. Las unidades de veinte apartamentos retroceden sobre la ladera y las cubiertas de los niveles inferiores se utilizan como terrazas; el resultado es un conjunto de unidades independientes, casa una con su propia personalidad. La vegetación penetra en el interior del edificio, permitiendo que sus moradores lleven una vida en armonía con la naturaleza. En proyectos posteriores, Ando ha empleado con frecuencia la idea de la cubierta-terraza. El complejo de la segunda fase está situado junto al de la primera fase, pero ambos son independientes entre sí. En la segunda fase se emplea un módulo cuadrado, de 5,2 m por 5,2 m en planta; la superposición vertical de las retículas cuadradas crea unas vistas sorprendentes. La ordenación geométrica tridimensional contribuye a establecer relaciones directas y desinhibidas entre los residentes y entre los residentes y la naturaleza.
En este proyecto se ha concebido tres tipos de jardín para generar diversas clases de relaciones comunitarias; las terrazas que hacen de jardín frontal de las unidades individuales; un patio en medio que sirve de plaza donde la gente se reúne; y el jardín posterior, un sendero para pasear repleto de flores estacionales. Los tres jardines son respectivamente privados, comunes y públicos. Son lugares para distintos tipos de comunicación que pueden hacer más agradable la vida cotidiana; la terraza ofrece una vista al puerto y una impresionante imagen nocturna de Kobe; el patio del medio es el sitio idóneo para una breve charla entre los vecinos; el sendero es un lugar por donde el residente puede pasear solo para apreciar los efectos de cadas estación en el paisaje.
La tercera fase es un proyecto de grandes proporciones, aproximadamente siete veces mayor que el de la segunda fase. Aquí Ando buscó abaratar costes introduciendo la prefabricación. Además de edificios bajos el estilo de las casas dispuestas alrededor de un patio, hay, por primera vez, edificios altos. Como en las dos fases anteriores, los espacios intersticiales entre los edificios son diseñados como espacios comunes, pero en la tercera fase, la ruta de circulación escalonada en dirección norte-sur que sigue la pendiente del terreno y las zonas verdes que se extienden en dirección este-oeste se entrecruzan en plazas. Los espacios comunes están muy matizados y recuerdan uno de los espaios del proyecto de viviendas Halen (1955-1961), cerca de Berna (Suiza), de Atelier 5.
Las tres fases son en realidad tres proyectos para clientes distintos en emplazamientos distintos y realizados en momentos distintos. La habilidad de Ando para dotar a los tres proyectos de un paisaje urbano armónico y contínuo es digna de admiración.
Ando ha analizado la relación entre elementos individuales y el grupo y ha trasladado los principios de combinación de unidades en un conjunto residencial a reglas claras de composición espacial. Las personas pueden estar unas frente a otras, orientadas en la misma dirección en yuxtaposición paralela o darse la espalda. Debía observarse que los prototipos de estas formas de organización espacial, basadas en las relaciones humanas, se corresponden con la Row House en Sumiyoshi, la Casa Koshino y la Casa Kidosaki. Ando es un estudiante diligente; de joven investigó cómo la teoriá de la unidad de barrio o la idea de la Unité d´Habitation (Le Corbusier) podían adoptarse en Japón. El conjunto residencial Kingohusene (1957-1960), cerca de Helsingor de Jorn Utzon, y el complejo de casas adosadas de Soholm (1950), cerca de Copenhague, de Arne Jacobsen, son dos de sus proyectos residenciales favoritos.
Para pasar del elemento individual al grupo, Ando comienza estableciendo el elemento individual y luego traslada al espacio la relación entre elementos individuales para organizar una forma grupal mayor. El complejo Rokko es un espacio que se ha desarrollado de manera lógica sobre la base de reglas combinatorias. Además, tres factores -reglas de organización espacial aplicadas a todo el complejo, espacios interiores sumamente individualistas y espacios compartidos que aprovechan al máximo las ventajas de ser un grupo – le han dado el aire de un distinguido barrio residencial de clase alta.
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