El solar sobre el que está ubicado este edificio forma parte de una gran extensión de terreno yermo inedificado situado en la vertiente norte del Turó del Coll en el paraje de La Taxonera.
El terreno tiene una superficie de algo más de 2 Ha. y se extiende hasta el fondo del valle en la confluencia del Torrent de la Clota con el Torrent de Sant Genís dels Agudells. Entre ambos torrentes discurrirán, en el futuro, el túnel del metro y la proyectada calle de Lisboa. El entorno edificado está formado por edificios de diversa altura, construidos entre medianeras sobre los solares de una antigua ciudad jardín intensiva. El fuerte desnivel del terreno y la aplicación acrítica de unas Ordenanzas de edificación pensadas para terrenos de escasa pendiente han sido la causa de la aparición de edificios de 8 y 9 plantas en plena montaña y de calles con pendientes superiores al 20%. El resultado formal y ambiental es prototípico de la llamada “arquitectura pesimista”. El edificio aquí presentado cumple la primera etapa de un plan de ordenación y construcción del sector, que pretende cambiar la imagen del barrio mediante la elevación de los “standards”, de las nuevas construcciones y la creación de espacios urbanos positivos al margen de las calles-corredor que figuran en los trazados viarios del plano de la ciudad. En el futuro el conjunto residencial estará bien equipado, pues es tangente a la calle de Lisboa, que lo enlazará con la red fundamental de accesos a Barcelona. El solar también es tangente al proyectado Parque del Valle de Hebrón y a una zona escolar.
Este primer edificio está asentado sobre una parcela muy irregular de una manzana casi completamente edificada en ordenación cerrada. Está concebido a modo de pantalla que oculte el desorden formal actual y prepare las etapas posteriores del programa de construcción mediante una primera revaluación del entorno construido. Para conseguir ocultar al máximo los edificios existentes se ha agotado el gálibo permitido mediante una gran cubierta de fuerte pendiente. En cambio, no se ha agotado la profundidad edificable, con el objeto de eliminar los patios de parcela y obtener ventilación e iluminación directa para todos los locales. La forma dentada de la fachada posterior pretende conseguir una cierta privacidad para las habitaciones que abren al patio central, demasiado angosto por causa de la forma puntiaguda de la manzana. Los grandes tubos que aparecen en esta fachada son los conductos de vertido de basuras, que tienen las bocas situadas en los lavaderos.
Las viviendas bajo cubierta son del tipo dúplex y, contra los tópicos establecidos, son las que han tenido mayor aceptación.
La unidad de diseño de las fachadas y su considerable longitud aportan una primera sensación de reposo en la algarabía formal del barrio.