1961/1963. Fundación Querini-Stampalia, Venecia. Reestructuración de la planta baja y el jardin.
La reestructuración aborda toda la planta baja del edificio, extendiéndose hacia el exterior, tanto en dirección al Campo de Santa Maria Formosa, a través de un pasaje aéreo sobre el rio homónimo, como en dirección al patio interior; y se aplaca en el jardin silencioso, cerrado por altos muros, donde tan sólo <<hablan» dos estanques. Y el agua continúa siendo la protagonista en el pórtico, reanimado de la opacidad de una anterior restauración de estampa neoclásica, penetrando a través de un canalito continuo, localizado a partir del vano de entrada y que corre a lo largo de todo el perímetro del espacio. El canalito está elevado para neutralizar el efecto repetido de la marea alta. No es sólo este «diafragma horizontal» lo que caracteriza la «venecianidad» de la obra, sino los colores y la luz disueltos en los materiales (revoques, piedras y travertino), <<los tonos discretos, las relajaciones inmotivadas de una tensión inicial sin destino preciso» (Mazzariol). En Venecia, dice Scarpa, «se pasa por corredores estrechísimos, y después se halla aquel bienestar de agua y de espacios»: unido con hilos invisibles al tejido de la ciudad, este edificio reencuentra las originarias motivaciones de la urbs picta, en un diálogo de sutil y calibrada moderación con el pasado.