Con el edificio de la Via Massena, de planta rectangular y nueve pisos, Dominioni continúa con su búsqueda tipológica alrededor de la dignificación del edificio de viviendas plurifamiliar. El edificio está colocado en medio de una gran zona verde y niega la tradicional alineación a la calle, optando por un volumen aislado de orientación este-oeste, perpendicular a la vía.
La distribución de las viviendas es muy cambiante, no hay dos plantas iguales, como a menudo ocurre en la arquitectura de Dominioni, oscilando desde las tres unidades por planta a una sola vivienda que ocupa la planta por completo.
En el atrio de acceso nos volvemos a encontrar un pavimento en mosaicos de piezas de mármol del artista Francesco Somaini.
Es interesante ver el tratamiento completamente diferente que el arquitecto da a las dos fachadas principales: por una parte, el diseño elegante de las barandillas y las carpinterías correderas que llegan hasta el ángulo, dando una imagen de gran ligereza y por otra, una fachada opaca, revestida de cerámica, dando el contrapunto.
Sobre la esquina Este, rodeando las dos hileras verticales de ventanas, el revestimiento en azulejos cerámicos hexagonales que dan un efecto plástico “alveolar” que reencontramos en otras obras precedentes del autor.
En el frente opuesto, una fachada de abertura continua, marcada por los forjados vistos continuos y las persianas corredizas que otorgan un efecto compositivo de gran movimiento. En todos los detalles se puede observar la sabiduría artesanal aplicada a la arquitectura que se convertirá en la marca de fábrica del estilo del arquitecto, recuperando el valor de la tradición milanesa.
