Castellón, Junio 2002
Por una casualidad del destino, el día treinta de junio, tres años después del transporte de las letras, volvimos a viajar a la ciudad de Castellón, y reflexionamos sobre aquel viaje: las cinco letras se construyeron en hormigón armado de color blanco; los cinco camiones eran iguales, las cinco letras, con un peso de veintidós toneladas cada una, diferentes; los conductores portaban telefonos para poder atender las ordenes de los directores de la acción a su paso por el territorio, y los pueblos.
Las cinco letras ordenadas construian la palabra MUSEU, aunque desordenadas podian expresar otras cosas; al pasar por cada uno de los toros negros indultados la caravana les saludaba con las letras M y U: ¡MU!
La naturaleza es lo que la persona ve a través de su experiencia, y la tarea del arte es generar pensamientos capaces de proponer nuevas experiencias. La tarea de la fotografía no es representar o imitar lo que existe, sino resumir una experiencia. Asi las fotografías de este viaje revelan el proceso de una experiencia diferente. Como rastro permanecen unos documentos que congelando el tiempo, catalizan la memoria, y suponen, asimismo, un desafio a la desaparición de lo efímero.
El movimiento de las cinco letras sobre camiones se debe entender como un viaje con peso que, como los rios, nos hace recordar la masa de la tierra a la que pertenece todo lo que se mueve por su superficie. El objetivo de esta instalaci6n efrmera tiene que ver con la tierra -con sus dos formas de colonización: la mirada y la huella- y el tiempo -con sus dos formas de medida: la distancia y el movimiento-.
La aparición de unas letras intrusas, ante la mirada cambiante de las personas, produce la transformación de los diferentes territorios que son atravesados por la carretera. Una suerte de apropioción espacial por medio de la huella en el paisaje. Una transformación del espacio publico en privado por medio de la mirada. La aparición de una palabra intrusa conlleva una culturización del territorio por medio del pensamiento; una culturización en movimiento, que no deja huella perenne; una accion efímera, diez horas de viaje en carretera, limitada a cuatrocientos cuarenta kilómetros y una velocidad de transporte menor que la de los automóviles, lo que introducia otra variable en la percepción espacial del territorio … Esta acción se proyectó como un homenaje a Joan Brossa y a sus poemas visuales.