El proyecto reconoce las distintas condiciones de la fachada este a la Avenida Gran Via y la fachada sur medianera con Casa Sabater. Las fachadas que configuran la Avenida Gran Via, en su mayor parte, se componen a base material pétreo opaco y balcones con barandillas de hierro forjado.
El proyecto respeta y reinterpreta las principales características del entorno. Dando cumplimiento a las premisas de protección del Patrimonio que hacen referencia al edificio adyacente “Casa Sabater”.
La composición de la fachada se ordena en 3 estratos horizontales que se ajustan a la composición de “Casa Sabater”: primer y segundo estrato de planta baja y planta primera, vidriadas y alineadas a los niveles de “Casa Sabater” y tercer estrato compuesto por el resto de plantas con contraventanas.
La fachada se configura a través de dos sistemas de contraventanas modulares de 30cm, con altura de balcón a techo exterior, otorgando una composición vertical de aberturas al conjunto. Las contraventanas se forman a través de dos tramos de 30cm que pliegan entre sí desplazándose al lateral a través de un sistema pivotante con rail inferior y superior.
Un entramado de perfiles tubulares genera el marco perimetral del módulo y posteriormente se reviste con los siguientes acabados:
En la fachada principal el acabado de las contraventanas es de la misma piedra que la fachada ventilada del resto de paramentos. El módulo de 30cm se repite en el pavimento del balcón, también del mismo material, y se traslada a la barandilla ordenando los barrotes. El acabado interior es de aluminio.
En la fachada lateral de medianera el acabado de las contraventanas es de chapa metálica microperforada. El plagado triangular de la chapa da textura a la medianera y genera diversas visuales a través de ella.
Las dos fachadas enmudecen cuando las contraventanas se cierran y muestran la vida interior cuando se abren.
Situado sobre la traza de la antigua muralla de la ciudad de Girona, hoy reseguida por la Avenida Gran Vía Jaume I, el edificio de viviendas presta gran atención y respeto a la presencia contigua de la catalogada casa Sabater. Una obra del arquitecto Isidre Bosch y una de las primeras obras construidas tras el derribo de la muralla y abertura del centro histórico hacia el nuevo ensanche.
En este contexto de gran valor patrimonial y arquitectónico, completado por el Banco de España de Paricio-Clotet y la plaza de la Cosntitución de LaPeña-Torres, el proyecto construye un telón de fondo, donde la vibración y domesticidad del habitar conviven con la monumentalidad y la singularidad. Al mismo tiempo, el proyecto culmina la manzana, encerrando un interior desventrado que se mostraba desordenado.
Se organiza en tres estratos compositivos y programáticos: locales comerciales en planta baja, oficinas en un segundo estrato y cinco plantas conforman un último estrato de viviendas. Las viviendas se organizan entorno al núcleo de comunicaciones y el patio posterior de interior de manzana, de manera que todas las estancias domésticas se ubican en fachada garantizando su iluminación y ventilación natural.
En un contexto post-COVID, la reflexión sobre el espacio doméstico y la convivencia de sus habitantes con múltiples y diversas apropiaciones en momentos simultáneos, se hace necesaria. En este contexto, el programa doméstico del proyecto se configura para compatibilizar la convivencia de sus habitantes. Espacios acotados de uso específico y definido -higiene, dormir, cocinar, trabajar- que a su vez se concatenan visualmente con otros espacios abiertos y de múltiple ocupación -estudiar, jugar, conversar,…-. Espacios configurados mediante un sistema modulado de paneles de madera y vidrio, dando lugar a múltiples visiones concatenadas y en diagonal. Se establece un gradiente de intimidad y privacidad de los espacios de manera que su uso simultáneo permite el grado de intimidad necesario y a la vez compartido, estrechando la relación de sus habitantes.