Esta intervención en una obra de 1964 de los arquitectos Alfonso Milá y Federico Correa ha tenido el carácter de una delicada operación quirúrgica, en la que la resolución de una larga serie de aspectos puramente técnicos, se ha complementado con la recuperación de unos interiores muy característicos de la obra de estos arquitectos.
El encargo original a los arquitectos en 1964 había consistido en la reforma de una vivienda en dos niveles ubicada en las dos plantas inferiores de una torre neoclásica de principios del siglo XX y que tenían acceso a un jardín interior. La intervención se centró principalmente en la parte noble de esta vivienda en la planta inferior y en el acceso desde la planta superior, proyectándose para ello una nueva escalera construida con arcos a la catalana.
También se proyectó la zona de servicios ubicada en esta planta inferior, creándose un patio de gran dimensión que salvaba el importante desnivel entre el nivel de la calle y esta planta y que permitía iluminar y ventilar las estancias de servicio. Lo más relevante de esta obra era sin duda la secuencia de las estancias que daban al jardín, y en las que una serie de puertas de cerezo a toda altura aseguraban una continuidad espacial desde el dormitorio principal hasta el comedor. Junto al dormitorio y una salita adjunta, tapizados de velvetón beige, el cuidado diseño de los vestidores panelados en madera de cerezo y mármol imprimían un carácter muy particular a estos interiores.
Finalmente el pavimento de barro cocido, de pieza pequeña y formato inusual acababa de caracterizar estos espacios. Nuestra intervención ha consistido por un lado en una cuidada restauración de los interiores de las estancias nobles de la planta baja (revestimientos, carpinterías, cerrajería y manillas) sustituyendo aquellos elementos originales obsoletos (sanitarios, griferías, mármoles), y por otro en la reforma integral de la cocina y la zona de servicios que era muy difícil adaptar a un uso actual.
