En un local comercial de la Av. Diagonal se implanta un negocio de compra venta de joyas y relojes de colección.
La marca busca renovar y actualizar la imagen de un tipo de negocios que suele ser vulgar y descuidada y llegar a un público que actualmente tiene otro perfil.
El objetivo del diseño interior es desarrollar una propuesta sofisticada que se acerque a la imagen de una joyería.
Se toma como referencia la estética de la kasbah marroquí para materializar un contenedor o “estuche” que consiga ensalzar la precisión matemática de la relojería Suiza. Lo esencial en el color y la textura de la terracota son el contrapunto de la manufactura precisa de las joyas y relojes.
La geometría del círculo dibuja toda la intervención como referencia explícita a la relojería. La construcción de una bóveda y unos “ábsides” en la zona de entrada determina el carácter y la atmósfera del espacio más representativo y público de la joyería. Una lámpara con el nombre de la marca corona este espacio sobre la mesa de atención al público.