Maria Cusí + Jordi Cabré Habitar el Muro

Vivir, comunidad y relación son tres conceptos que definen las intenciones proyectuales de Habitar el Muro. El proyecto responde a una demanda de conexión, entre el barrio de Safaretjos y el frente fluvial del río Besós. Actualmente inexistente, debido a la diferencia de cota que define los límites del emplazamiento.
La sección en grada del emplazamiento es uno de los motivos generadores del proyecto. Que a partir de la agregación de niveles pretende suavizar el cambio de cota. Es así como el edificio se articula a través de cuatro niveles que se superponen de forma ascendente desde la cota de la parcela hasta la cota calle, llegando a ascender hasta los 13,20 metros de altura.
La traducción en planta de esta sección en forma de grada consiste en una sucesión de muros de carga longitudinales que recorren en casi su totalidad la dimensión longitudinal del solar. Sin embargo, la continuidad de estos largos elementos estructurales se ve interrumpida por un total de seis pasajes de carácter público que, también de forma escalonada, conectan la cota del parque fluvial con l’Avinguda de la Generalitat. Así, pues, se hace efectivo este vínculo ciudad-río.
La aparición de estos patios conlleva a su vez implicaciones en el muro de contención preexistente. Un muro de contención que queda recortado siguiendo el carácter propio del proyecto, y haciendo más estrecho el vínculo ciudad-río.
Igualmente, es importante esclarecer que estos seis patios no son núcleos aislados, sino que quedan conectados por un elemento de pasaje en planta baja. Este, no solo separa el ámbito público del privado, sino que sirve como nexo de unión entre patios y principal eje de recorrido en la dirección paralela al eje río.
Acabada la relación entorno-edificio, el siguiente nivel de habitar reside en la forma de convivir, de compartir. El proyecto, como consecuencia de los cortes o separaciones que suponen los pasajes de relación, se desarrolla entorno a siete conjuntos de viviendas que, situadas en planta baja, segunda y tercera, comparten una serie de espacios compartidos situados en los dos primeros niveles.
El espacio compartido cerrado, queda definido por el doble espacio que conecta de forma directa los dos niveles pese a la diferenciación de cota. Del mismo modo, se caracteriza por el estudio funcional del grueso de muro, dado a que este adquiere diferentes utilidades.
Paralelamente, el proyecto presenta una gran superficie de espacio compartido al aire libre, formalizado por la terraza, el patio y el pasaje. La terraza es uno de los grandes temas del proyecto. Un “accidente” generado como consecuencia del retroceso de módulos en cada nivel, con el fin de conseguir el edificio grada. Es en este momento, donde se genera el principal eje de conectividad entre estancias, pero también, el lugar que mejor responde a la idea de “co-living” -requerida en el ejercicio-. La terraza agrupa a todo el núcleo de vecinos y toma el carácter de la comunidad, generando así un espacio pictórico propio del grupo residente.
Finalmente y llegando a la menor escala – el cómo vivimos -, el proyecto propone en la fachada de río la incorporación de una pareja de muros con una separación de un metro y cinco centímetros, que definen los límites de una banda de galería que unifica todos los hogares.
Además, las posibilidades de esta galería incrementan si tenemos en cuenta el grueso del muro, que supone una sección de pared de entre 60cm y 75cm. Así pues, el muro no solo delimita el espacio de galería respecto al resto de la vivienda, sino que incita a que se desarrollen actos propios de la cotidianidad dentro de su grueso.
Así, Habitar el Muro no solo propone una forma de vivir entorno a este elemento estructural, sino que también pretende tratar una forma concreta de convivencia y de relación urbana en un emplazamiento tan especial como es el frente fluvial del barrio dels Safaretjos.