GNWA Maison du Jardin

El proyecto de la Maison du jardin para la Fondation Perceval se ubica en un gran parque compuesto por diferentes edificios a modo de campus, la mayoría de ellos caracterizados por su geometría fragmentada y arquitectura antroposófica.

La parcela para el proyecto se sitúa en el límite noroeste del parque, en contacto directo con la calle de acceso al lugar. El perímetro de implantación para el concurso preveía mantener el jardín existente al sur y de este modo solo densificar el ángulo noreste.

La geometría fragmentada del proyecto responde a la búsqueda de diferentes vistas y orientaciones para los diferentes usos del programa. El proyecto se despliega hacia el sur creando un espacio común exterior en planta baja y ofreciendo así, las vistas sobre el lago Leman y los Alpes en los pisos superiores. La gran cubierta inclinada responde a la normativa de la zona y permite anclar el proyecto al lugar, estableciendo un diálogo con los edificios de su alrededor.

La Maison du jardin está destinada a personas en edad avanzada con discapacidad física y/o psíquica. La fundación Perceval pretende ofrecer a sus residentes un lugar lo más parecido a un verdadero domicilio donde puedan vivir en comunidad, pero al mismo tiempo dispongan de la privacidad necesaria.

El proyecto traduce el deseo de la fundación y parte de la idea de tres cuerpos independientes enlazados por un espacio común en planta baja. Desde el ángulo noreste, se accede a este espacio continuo que se dilata a través del edificio y lo recorre, ofreciendo usos diversos como cafetería, zona de reposo y lectura. Este espacio se abre hacia el sur con una gran fachada vidriada y permite una gran permeabilidad hacia el exterior a través de la terraza.

Las diferentes piezas del programa se articulan través de este espacio: la zona situada al sureste ofrece a los residentes tres ateliers para desarrollar múltiples actividades, mientras que la parte al noroeste del edificio se destina a la secretaría y otros usos más restringidos. En la zona norte se sitúan los servicios y el acceso a los apartamentos situados bajo cubierta.

Los tres núcleos de circulación son independientes para cada unidad y accesibles desde el espacio común. Las escaleras son concebidas como elementos esculturales que actúan a modo de pozos de luz para los espacios de circulación en el primer piso.

En el primer piso, el programa se compone de veintidós habitaciones divididas en dos grupos de ocho y uno de seis. Cada unidad está dotada de sus propios servicios y espacios comunes, ofreciendo así una escala doméstica a sus residentes.

La unidad de base está compuesta por ocho habitaciones, que a su vez, se dividen en dos grupos de cuatro habitaciones compartiendo un salón comedor modular y una terraza en el ángulo, lo cual permite disfrutar de una doble orientación.

La disposición en planta de este dispositivo privilegia las orientaciones y vistas hacia el exterior, al mismo tiempo que evita circulaciones interminables que recuerden al ámbito hospitalario. De este modo, el volumen de la escalera se posiciona ofreciendo un acceso central y dividiendo a su vez, el espacio en dos alas que conforman cada subgrupo. Todos los servicios comunes se posicionan, una vez más, al norte de cada cuerpo.

La normativa de la zona requería una pendiente mínima de 30 grados para las cubiertas. El espacio bajo cubierta se destina a apartamentos y pequeños estudios de alquiler, aprovechando así el volumen suplementario y permitiendo un financiamiento extra para la fundación.

Los diferentes espacios de los apartamentos situados en los ángulos se distribuyen a través de un espacio central de entrada, evitando las circulaciones al máximo. Los salones poseen una doble orientación y una gran altura debida a la geometría de la cubierta.

El proyecto trabaja con materiales existentes en el lugar que permiten una imagen tranquila y silenciosa en el gran jardín. Para las fachadas se ha optado por lamas de madera verticales que refuerzan la geometría del volumen. Las ventanas y las loggias perforan el volumen otorgándole plasticidad y encuadrando las vistas desde el interior. Las entradas recortan el volumen ofreciendo una gran permeabilidad con el exterior y marcan los accesos a los residentes.

En el interior el hormigón visto de la estructura es combinado con la madera de roble para carpinterías y muebles. El pavimento de cada piso es escogido para otorgar especificad a cada uso y permitir identificar los diferentes ambientes a los residentes.

Para el espacio común en planta baja se ha optado por la terracotta que es llevada al exterior y ofrece una fuerte conexión con el jardín.

Para las zonas comunes del piso superior, se ha escogido un color de linoleum para cada unidad, lo cual permite la identificación del usuario con su grupo. Las habitaciones en parquet ofrecen un espacio más cálido y permiten distinguir los diferentes grados de privacidad en el edificio.

En los apartamentos, los materiales se muestran aparentes y crean un espacio neutro, donde la geometría de la cubierta y las vistas al exterior son los protagonistas.