TEd’A Can Miquel i na Cati

Date: February 11, 2021

Impluviums, patios, claustros, clastres… Repetir incansablemente una misma tipología. Esto es lo que ha hecho secularmente la tradición. Recoger el conocimiento que la tradición nos deja. Repetir y volver a repetir. Reforzar así la identidad del lugar.

La parcela donde se ubica el proyecto es de dimensiones considerables, unos 200×200 metros. Se accede por su lado norte y presenta una ligerísima pendiente hacia el sur. Las vistas son abiertas hacia todas las direcciones, especialmente hacia el sur. En el terreno no hay muchas más pistas. La huella dejada por un antiguo almacén agrícola de autoconstrucción determina la posición de la casa en la parcela.

La casa se organiza a partir de la antigua idea de impluvium, un espacio vacío central que ordena la vivienda. Este patio central tiene proporciones cuadradas y sus cuatro lados están definidos por cuatro naves de proporciones alargadas. Cada una de estas naves se configura de la misma manera. Cada una de ellas tiene las mismas dimensiones, de manera que el perímetro de la casa también tiene forma cuadrada. Cada una conforma una unidad espacial y estructural: un espacio pasante cubierto con viguetas prefabricadas de sección rectangular. Estas viguetas definen una cubierta inclinada. Cada una de las naves vierte las aguas hacia el patio, reforzando la idea de impluvium y, al mismo tiempo, dando más presencia a la casa hacia el exterior y domesticando el patio. Cada una de las alas tiene su fachada exterior más ciega y la que da al patio completamente abierta.

El cuerpo principal es de planta cuadrada. Los servicios, baños, lavandería y despensa, se sacan fuera de este cuadrado, reforzando así la idea nave entendida como espacio estructural continuo y, al mismo tiempo, subrayando la geometría que ordena el espacio. Cada uno de los volúmenes de servicio queda contenido en un perímetro ligeramente diferente, acentuando la diferencia entre la regla y la excepción.