“Sobre un muro extenso, recto y de coronación horizontal, que sigue trazas de los anteriores márgenes de bancales agrícolas, se dibuja una geometría “desordenada” de grandes aperturas, con vidrieras, vacías o opacas según los casos. Cuatro patios encajados simétricamente en el rectángulo básico, lo liberan y permiten transparencias y vistas cruzadas, tanto desde el jardín como a lo largo del pasillo axial que articula la planta.”
Confieso que mis referencias a priori son poco arquitectónicas en el sentido disciplinar estricto y entendido académicamente. Raramente comienzo un esbozo desde una referencia concreta, sea un modelo determinado o un tipo histórico general. por analogías se encuentran solo después de trabajar el sitio y el tema o programa. El hecho de que la historia nos ayude está bien, pero siempre a partir de algún tipo de certeza nacida de la lucha con el espacio y el tiempo concretos y presentes. Y eso pese el ambiente cultivadísimo de estos últimos tiempos, que ha posibilitado una mezcla voraz de revisiones y perversiones del movimiento moderno, desde las tecnológicas hasta las clasicizantes.
El movimiento moderno continua siendo, para mí, la eclosión largamente gestada y definitivamente revolucionaria de la arquitectura europea después de la crisis del barroco. Puede que lo que ahora convenga sea una reducción que restituya el centro de esta dispersión de aportaciones últimas, cosa que parece difícil de formular en el plano teórico y por lo que ciertas obras y atores pueden ser mejores guías que algunos discursos de los ideólogos de turno.
Creo también que, pese a lo que he dicho, aquellas revisiones y hasta las perversiones, cuando son brillantes y audaces son siempre estimulantes para el pleno desarrollo de las ideas del movimiento moderoo, el cual, entendido como a “estilo sin historia” y no como a tradición, puede tratarlas las dos de igual a igual. Ciertamente como a amigas, como ya se ha dicho, y no como prostitutas, con la compañía de las cuales se va recuperando algún tipo de control sobre la oposición eterna entre aquello que es nuevo y aquello que es viejo, entre la innovación y la imitación, o, en un plano más conceptual, entre espacio como medida o espacio como lugar.
