Una promoción de vivienda colectiva, que se compone de 16 viviendas pasantes –4 por planta– de aproximadamente 140 m2 cada una, que han sido diseñadas para mejorar la salud de los usuarios y del entorno. Situado en Sant Cugat del Vallès, el edificio, a cuatro vientos, goza de una ubicación privilegiada por su conectividad con Barcelona –se halla a tan solo 20 kilómetros de distancia–, y por disfrutar de la riqueza natural que ofrece la vertiente norte del Parc de Collserola.
El edificio se ha fundamentado sobre todo en tres principios. En primer lugar, y como respuesta a un estudio que determina que tras la grave crisis del mercado inmobiliario de los últimos 7 años, las familias ya no invierten en el piso “puente”, un espacio de tamaño y prestaciones por debajo de lo requerido, Espai Natura plantea una tipología de vivienda amplia y flexible. Un lugar capaz de adaptarse en programa y usos a las necesidades funcionales que en cada momento puedan surgir por parte de aquellos que las habitan. En segundo lugar, con el fin de mejorar el comportamiento energético del edificio, y aprovechado la buena orientación del bloque, se han diseñado unas galerías que, al igual que las que caracterizan al ensanche barcelonés, proporcionan a cada vivienda de un espacio climático de uso polivalente. Y por último, para que el proyecto contribuya en la mayor medida posible a respetar el medioambiente se ha apostado por una materialidad sana, que huye de procesos perjudiciales y aboga por materiales sostenibles en su construcción.
A nivel de diseño, el edificio de Espai Natura toma forma a través de un volumen escalonado y compacto, de 50 m por 13,5 m de fondo y de estructura de hormigón armado, que se adapta a la topografía de la calle. Las viviendas, que cuentan con: cuatro habitaciones, una principal y tres dobles, tres baños completos, vestíbulo, sala de estar y comedor pasantes, cocina, lavadero, han sido organizadas a través de espacios amplios y proponen lugares de transición –balcones y galerías, de 1,8 m de ancho– que ofrecen a los usuarios espacios intermedios entre el interior y el exterior.
Estos espacios de transición funcionan como cojines climáticos. La fachada de poniente se resuelve con una galería con cerramientos ligeros de madera de castaño y vidrio formada por tres capas: fachada de transición, espacio cojín y fachada de cierre que se resuelve con piezas de hormigón prefabricado a modo de brise soleil. Su sección constructiva favorece la producción de calor en invierno, manteniendo el espacio cojín cerrado, y protege del calor en verano al mantener el espacio galería abierto para la ventilación.
La fachada interior se resuelve con un balcón corrido con una barandilla permeable que permite las vistas al paisaje desde la vivienda. Las soluciones pasivas propuestas en Espai Natura, la distribución, la tipología y la galería, permiten el control solar y térmico del edificio, solución, entre otras muchas, que hace posible que no sea necesario la utilización de aire condicionado, y por tanto, hacen la propuesta más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Bailo Rull Espai Natura
Date:
April 27, 2020
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