El estudio de Shingo Masuda y Katsuhisa Otsubo architects ha sido la encargada de llevar a cabo la transformación de una antigua vivienda de dos plantas en un estudio fotográfico. La ventana como elemento arquitectónico redefine aquí el espacio, estableciendo nuevas relaciones entre los diferentes niveles de la construcción. La intervención está caracterizada por la presencia de una piel de acero y vidrio dispuesta en rejilla, semejante a una gran ventana que enmarca el frente principal y sobresale de la fachada original.
La composición está fragmentada en piezas correderas que forman un plano extendido, por encima de la cubierta, para cerrar una terraza añadida. El desajuste deliberado de los paneles, con respecto a la altura de cada planta, provoca que cuando la ventana del primer piso se abre, la mitad inferior del segundo nivel también permanezca abierta. Las largas cortinas recorren y enfatizan la verticalidad del edificio. En el interior, para ajustarse a las necesidades del estudio fotográfico, se eliminaron las paredes de partición para generar espacios amplios y fluidos.
