Laura Grau + Marina Gràcia Vivienda Colectiva en Can Ricart
| Laura Grau + Marina Gràcia
| 2018 | 3r curso | ETSAB
| Profesor: Jordi Badia
Poblenou es uno de los barrios de Barcelona donde se encuentran distintas trazas parcelarias respetadas por el pla Cerdà. Una de ellas es Can Ricart, un complejo industrial del pasado el cual esta catalogado como bien cultural de interés nacional.
El proyecto consiste en dos programas diferenciados, una primera parte destinada a Can 70, un colectivo de gente mayor el cual quiere combinar vivendas con espacios comunes. En paralelo, el segundo programa se destina a un cliente no tan definido, trabajándo con viviendas y cohousing.
El encaje urbano del proyecto se trabaja mediante la dualidad de las dos trazas existentes: Can Ricart y el Ensanche, entendiendo el edificio como un diálogo entre estas dos y como una continuidad en fachada del pasaje transversal preexistente.
A nivel volumétrico el edificio destinado al colectivo de Can 70 se relaciona a través de las alturas de los edificios que se encuentran en el lugar, adoptando una forma característica en su totalidad. Este carácter formal nace en sección a partir de una distorsión dada por la continuidad de las cubiertas a dos aguas de las naves industriales de Can Ricart.
A su vez, el programa de cohousing sigue la linealidad del edifico preexistente del Ensanche prolongándose en planta baja generando una nueva fachada en el interior de la manzana que da frente y contrasta con la fachada que dibujan las naves industriales previamente descritas.
La fachada sur del edifico de Can 70, adopta una inclinación de 70 grados que a partir de la perforación en el macizo crea un desorden de las terrazas. Gracias a este inclinación se consiguen la iluminación y ventilación naturales de todos los comedores y dormitorios orientados con vistas al conjunto de Can Ricart.
La fachada norte es donde se abocan los espacios comunes que generan el orden de las aberturas. Esta, en planta baja se retira creando un umbral para dar entrada al edificio.
Debido a la inclinación del volumen, las plantas se van comprimiendo generando así distintos espacios comunes que permiten un programa variado.
Los espacios intermedios se entienden como una transición entre las zonas privadas (viviendas) y las más públicas(zonas comunas), estos también se rigen por la compresión de tal manera que surgen diferentes tipologias de este.
El proyecto se conforma mediante muros de carga de hormigón.
La estructura compositiva de las distintas tipologías se basa a partir de núcleos de madera donde se sitúan los baños y los dormitorios.
Les tipologías cambian en función del programa que recogen, generando así distintos flujos.
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