Situada en el centro histórico de Sant Cugat del Vallès, una casa entre medianeras se convierte en un proyecto de la ciudad y de una manera de vivir. Una pieza que encaja con sus complejas condiciones urbanas: los entornos del Monasterio, el Patrimonio Cultural, la fachada principal y la cubierta a preservar, una anchura menor de 5 metros y un desnivel topográfico que hace que la parcela quede entre dos calles situadas a cotas diferentes. Dentro de la casa entre medianeras existente se inserta una casa de bloque de hormigón. Las medianeras de ésta incrementan su espesor para servir de filtro y de espacio servidor, generando a un lado el espacio de almacenaje y al otro la “promenade”. Estos espesores construyen fachadas interiores en el sentido longitudinal que aumentan la sensación espacial en el sentido transversal de la vivienda. En el interior de la casa de hormigón los planos de madera se adaptan a la topografía y a los huecos de las fachadas existentes. Se aprovecha el desfase para generar visuales cruzadas e inundar de luz todas las plantas hasta el semisótano a través del vacío de las cotas superiores.
El programa de la vivienda se fragmenta evitando la continuidad del plano horizontal del suelo a modo de lo que Adolf Loos nombró “Raumplan”. La secuencia de casas dentro de una casa va desde materiales más urbanos a materiales más domésticos, construyendo una junta vacía entre ellas que deja circular la luz y las visuales por todos los espacios. El vacío interior se convierte en la plaza o espacio público de la casa. Ese espacio donde todas las miradas se cruzan y las relaciones se construyen a través los mueblesbarandillas que se vuelcan a él.
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