Ana Irisarri Reactivación de A Punta da Insua
El ámbito se concentra en la Punta da Insua, en Caión, que destaca por su vinculación con el mar a todos los niveles. Por un lado, el geográfico: una orografía pronunciada y descendiente hacia las zonas de acantilados y playas, rematada por una pequeña península donde se insertan los espacios principales de la villa; un territorio fuertemente expuesto a los agentes del mar, cuya única protección son las propias construcciones -pequeñas y de baja altura, entre las que surgen desproporcionados edificios de finales de siglo.
Caión es un pueblo pesquero, en el que la pesca ha sido históricamente la principal actividad económica -que tiende a desaparecer- traducida en la cofradía y en el puerto, y fuertemente arraigada en la sociedad y en sus costumbres; lo que implica una doble vinculación con el mar.
Con apenas habitantes y una población envejecida, supone un claro ejemplo de la expansión y crecimiento desordenados de finales de siglo, con un generoso puerto al que se le han ido anexionando ampliaciones dispares.
La propuesta pretende integrar las costumbres y actividades de la sociedad de Caión a través de la conexión directa con los espacios donde éstas se producen; así como sumar nuevos espacios que puedan apoyarlas, en definitiva, que puedan mantener la tradición del pueblo, transmitirla y dotar de cierto impulso económico a la villa. Como condición está tener siempre presente el mar, integrar su visión y su afecto en el lugar, pero también protegerse ante sus agentes. La intervención se genera a partir de los puntos de confluencia del pueblo, los flujos, entendidos como relaciones territoriales con los lugares de mayor actividad social, económica, etc.
Hay dos procesos en la idea. El primero, es la generación de lo que denominamos la masa, lo pétreo, una forma vinculada a las rocas que la rodean. Esta fase de adición define la geometría del edificio a partir de unas trazas de referencia resultantes de los puntos críticos y vías que los conectan; también se tienen en cuenta las trazas límite del área. El segundo proceso utiliza los hitos marítimos como resta, que sirven como referencias para la navegación por el mar. Si la masa nos protege del mar, las que llamaremos grietas, vincularán los espacios exteriores e interiores con él, mediante la apertura de grandes vacíos transversales por los que entrarán vistas y luz.
El programa base sugiere un equipamiento capaz de albergar talleres relacionados con la pesca, así como espacios multidisciplinares para servir tanto a los habitantes como al usuario visitante, de manera que interactúen entre ellos. Se incluye también una cafetería-restaurante que pueda servir el producto elaborado en los talleres.
El espacio público relaciona los distintos módulos, que a su vez tienen una conectividad física y visual entre ellos a través de los vacíos transversales, sobre los que pueden extenderse los interiores hacia fuera, transitar de uno a otro y producirse una conexión visual entre los distintos usos. Estos espacios relacionan el espacio interior con el mar, generando visuales hacia los islotes y permitiendo el paso de la luz.
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Enhorabuena! Un gran proyecto.