Uno. Es una reforma para una mujer soltera, especialmente querida, en un piso localizado donde se pone el sol de Madrid. Es interior, configurado por tres crujías de 17 m2.
Dos. Ella tiene claro que quiere madera, baldosas hidráulicas, un tatoo como el de Beyonce y un ambiente gentrificador con todos sus clichés.
Tres. Nosotros decidimos tres cosas. Primero, que no hubiera ni tabiques ni puertas convencionales. Segundo, que no se llegue al techo con nada opaco. Tercero, y lo más difícil, conseguir desorientarse en 50 m2.
Cuatro. Espacialmente. Se compartimenta solamente mediante muebles o mamparas de cristal y se instala un volumen de espejo de 500x221x221 cm. que esconde, despista y amplifica.
Cinco. Materialmente. Se empaquetan muebles de IKEA en cajones de tablero de encofrado. La estructura de las mamparas de cristal es acero crudo y se ejecuta con perfiles en “U” de 10.10.1 mm. y tubos de 30.15.1 mm. Los 166 cristales repartidos en ellas son todos iguales y se colocan con masilla de cristalero negra. Tienen un espesor de 3 mm, para conseguir la transparencia y anti reflexión que no se logra con los vidrios laminados, con cámara o muy gruesos.
Seis. Tres seises. En esta escala de vivienda es mejor no proyectar las instalaciones por el techo, mejor que vayan por el suelo y sacarlas de las paredes. Los rodapiés contra esas baldosas hidráulicas de geometrías de colores deben ser de espejo, con ese suelo otro rodapié no tiene sentido. Y se vuelve a confirmar que un pilar en el centro de un espacio es deseable y muy útil.
2 Comments
¿Un poco fría no?
Detalles en iluminación que no le pueden ir mejor…se ha conseguido un estilo perfecto.