Reforma de una casa entre medianeras de principios del siglo XX situada en segunda línea de mar del pueblo de Cadaqués. La fachada principal, modesta pero digna, está protegida por un Plan Especial.
El proyecto se ha volcado en la recuperación de elementos y en la reinterpretación de los espacios originales de la casa, y un jardín casi intransitable y con una fuerte pendiente, ambos casi en estado de ruina. Se ha tratado de suprimir lo superfluo y subrayar lo más noble; como ejemplo, las tres bóvedas ejemplares en planta baja y los muros de piedra seca en el jardín.
La casa se organiza como una colección de habitaciones, cada una de ellas caracterizada, sobre todo, por su relación con el exterior y la calidad de la luz natural.
En la planta baja se excava la roca del jardín para introducir la luz en lo que era el depósito de agua, y que pasará a ser una habitación más de la casa. Además, un patio central rescatado sirve de linterna de luz y de mecanismo de ventilación de las habitaciones.
Se distorsiona la geometría ortogonal de la planta superior para articular un solo espacio formado por la sala de estar y el comedor-cocina, ambos conectados con importantes espacios exteriores: en un extremo, una terraza con vistas sobre el mar, y en el otro, un comedor exterior en el jardín. Dicha distorsión permite a la vez que el patio central aporte luz y ventilación al centro de la planta. Los pliegues del cielo raso quieren contribuir también a esa articulación del espacio.
La escalera interior, tanto el tramo original como el nuevo, juega un papel destacado en la casa, otorgando carácter a los espacios a través de los cuales circula: como cinta continua — no sólo por la casa sino por el jardín escalonado en tres niveles — tiene réplica en la escalera exterior de piedra, y permite un segundo acceso a la casa a diez metros por encima de la calle de la fachada principal.
