El encargo consistía en reformar la planta completa de un edificio que ocupa un chaflán en el Paseo de Gracia, transformando dos oficinas en cuatro viviendas de corta estancia. Nos planteamos el reto de llevar luz natural a los espacios que quedaban en las partes más profundas de la planta y optimizar al máximo sus proporciones y dimensiones. El esqueleto estructural y la morfología en chaflán dificultaban bastante la consecución de estos objetivos.Se tomó la irregularidad y rigidez de la planta existente como punto de partida y se planteó una serie de muros curvos revestidos en madera que pudieran adaptarse y moldear el espacio para conseguir estancias agradables. Estos muros, separan la parte pública de la parte privada y permiten suavizar ángulos, marcar encuentros y relacionar las diferentes directrices de la planta existente, generando largas visuales e iluminación donde queríamos.Cada vivienda se organiza a partir de esta separación entre la zona pública con un recibidor compartido entre dos, estar, comedor, cocina; y la zona privada que contiene las habitaciones y los baños.
Los muros curvos, revestidos en una trama vertical irregular de chapa de roble, toman la función de cerramiento, paso, almacenaje, espacio para instalaciones e incluso como filtro de iluminación, relacionando espacios diferentes que comparten luz y profundidad.
El propósito en estos interiores es lograr una atmósfera cálida y calmada en medio del frenesí de Paseo de Gracia, por eso elegimos una madera y una textura particular. En esta línea también se plantea la creación de unos espacios que pudieran funcionar como jardines interiores y servir como un filtro de separación ambiguo entre público-privado, capaz de generar nuevas relaciones visuales y de filtrar la luz con una suavidad y un color especial.
