El conjunto está formado por distintas superficies parciales en las plantas Baja, Principal, Primera, Segunda y Cubierta.
El edificio, actualmente, está subdividido en distintas viviendas y su configuración la fijó el arquitecto Miquel Garriga i Roca en el año 1855 con motivo de la apertura de la c/ de la Princesa que causó la desaparición de un trozo significativo del conjunto de la casa Gomis, construido hacia el 1800. La fachada de la c/ Barra de Ferro mantiene la composición original.
El Museo tendrá el acceso por Barra de Ferro a través del patio y la correspondiente escalera noble de piedra que desemboca al piso principal.
El derribo de un cuerpo añadido en la reforma de Garriga i Roca permite recuperar en Planta Baja la medida original del patio y sobretodo la visión completa del gran arco rebajado, límite del patio en el rincón más próximo a la c/ Barra de Ferro. Estos dos hechos contribuirán a una mejor contemplación de la estructura más noble y originaria del edificio.
Una escalera ligera de nueva construcción, que nace del final de la escalera de piedra de acceso a la Planta Principal, unirá los cuatro niveles útiles del Museo. Su posición, ligereza y aspecto frágil harán que sea un elemento que se añada al espacio vacío del patio con una calidad casi vegetal por respetar les medidas básicas y características pétreas del patio.
Un ascensor que ocupa una discreta posición lateral comunica verticalmente todos los niveles, acceso de visitantes y pequeñas mercancías.
La escalera de vecinos del inmueble hace el papel de segunda vía de evacuación y de acceso privado al Museo.
La Planta Principal es el espacio, con gran diferencia, más importante del Museo por sus dimensiones y ornamentaciones; destaca de manera absoluta su salón central de triple altura. El establecimiento de un obligado recorrido en cruz lo hace protagonista indiscutible al ser un paso obligado para ir del sector calle de la Princesa al sector calle de Barra de Ferro.
Las otras dos plantas son de menor importancia en sus características espaciales, formales y de calidad de acabados.
El Museo se instalará de una manera grácil, elegante y leve de manera que el contenedor reste intacto en este estado tan sutil a medio camino entre uso y ruina.
La instalación será como una tela de araña fina, intemporal y tecnológica puesta en el vacío recuperado.
La colección se compone de escultura, pintura y pequeñas figuras, que será distribuida en los distintos espacios de acuerdo con temas, tamaños y cronología.