Dilmé Fabré Torras arquitectes + Ramón Godó Pavellón de Operaciones en Sant Pau. Barcelona

Source: Dilmé & FabréPhotography: Adrià Goula
Date: February 15, 2016

El Pabellón de Operaciones en el corazón de Sant Pau

El Pabellón de Operaciones, llamado también Edificio de Operaciones o Casa de Operaciones, ocupa una posición central dentro del Recinto Modernista del Hospital de la Santa Creu y de Sant Pau. El Pabellón de Operaciones tiene una ubicación realmente nuclear dentro del esquema de Domènech i Montaner. Su vinculación a través de la conexión subterránea con el resto de pabellones refuerza esta centralidad de uso. La Casa de Operaciones, en medio del conjunto monumental, se convierte en un verdadero templo que cierra la perspectiva, perceptible ya desde la entrada, definiendo y calificando todo el espacio público del recinto de una manera bastante destacable.

Esta posición cordial, central, nuclear, de la Casa de Operaciones dentro del conjunto hospitalario concebido por Domenech i Montaner, no es sólo una cuestión funcional y organizativa, se diría que todo el conjunto pivota a su alrededor y ciertamente es así. A diferencia del resto de pabellones, el Pabellón de Operaciones no lleva el nombre de un santo o de una virgen; no está presidido por una estatua sobre la entrada como lo están todos los demás aunque los santos Cosme y Damià, los patrones de la medicina, están representados en los mosaicos de fachada, en planta baja, entre las dos ventanas de los cuerpos laterales.

Composición y presencia del Pabellón de Operaciones

El Pabellón de Operaciones tiene una planta subterránea y tres niveles más sobre rasante aunque sólo el cuerpo central llega a la altura más alta. La inserción de este edificio en el eje compositivo norte sur condiciona las dos fachadas preeminentes. Mirando a sur muestra una construcción simétrica, de obra vista, en tres cuerpos; los dos cuerpos laterales, más remotos, a modo de dos alas del cuerpo central, giran perpendicularmente la dirección de sus cubiertas a dos aguas. El cuerpo central, con la escalinata de acceso y la entrada porticada preside, como decíamos, la perspectiva principal del recinto.

Mirando a norte, los tres quirófanos se muestran tras las eminentes vidrieras en un conjunto absidal que va ganando altura a medida que retrocede. El quirófano principal, en planta baja, con su vidriera semicircular y semi cónica, toma un protagonismo extraordinario. Los dos ábsides laterales ganan el segundo nivel y, en el centro, detrás del quirófano principal y la caja de escaleras, emerge el cuerpo central y la cubierta a doble vertiente este y oeste. La cumbrera del cuerpo central, coincidiendo con el eje de composición norte sur, tiene, en sus extremos sobre unos templetes, dos enigmáticos ángeles, a norte y sur, con las alas extendidas y los brazos alzados.

El cuerpo central muestra a sur su boya a dos aguas y, en el tercer nivel, una profusa ornamentación de azulejo con predominio del blanco y del azul. En este tercer nivel, el cuerpo central, despliega una falsa galería de nuevo intercolumnios, el espacio central se reserva el acceso al balcón, los otros ocho están solucionados con unos arcos trilobulados que se adelantan del plan de sus esbeltas columnitas como doseletes, protegiendo los paneles cerámicos. Sobre unos águilas heráldicos y debajo de los doseletes, en medio de laureles, hay ocho nombres remarcados.

Significado de la Casa de Operaciones

A lado y lado de la salida al balcón, debajo de un falso hastial rectangular y de un arco carpanel unificador, los dos paneles laterales llevan los nombres de Per Virgili y Antoni Gimbernat, maestro y discípulo, los dos grandes médicos del siglo XVIII padres de la cirugía en Cataluña. En los tres paneles de la izquierda tenemos a Josep de Letamendi, Antoni Mendoza y Joan Giné. En los paneles de la derecha: Joan Marsillach, Ramon Torrent y Joan Soler. Los seis eminentes cirujanos del siglo XIX, profesores de medicina y cirugía y, como el propio Lluís Domènech i Montaner, destacados wagnerianos.

El Pabellón de Operaciones, tanto por la posición como por la simbología podemos decir que está dedicado a los médicos bajo la advocación directa de los más ilustres cirujanos de Cataluña. Es el pabellón más laico y las dos figuras angélicas que coronan van mucho más allá de una incómoda y corta significación religiosa. Los ángeles se abren de alas y levantan los brazos hacia los dos polos de la tierra en su eje de giro, encarados a la noria sempiterna del cosmos. El ángel de septentrión culmina la ascensión de volúmenes de los tres quirófanos. El ángel de mediodía se eleva sobre los ilustres cirujanos coronando el Templo de la Cirugía.

Orígenes de la Casa de Operaciones

La casa de operaciones es uno de los diez edificios construidos con el legado de Pau Gil, entre 1902 y 1911; es, por tanto, uno de los pabellones que Domènech i Montaner dejó listo sólo en el exterior. También es uno de esos pabellones de los que la MIA no pudo hacerse cargo y permaneció cerrado hasta alguna fecha cercana a la inauguración oficial del Recinto Hospitalario en 1930. En cuanto a su interior, fuera del cuerpo de la escalera, quedó por hacer. Con fecha de 27 de Mayo de 1926 se presenta el “Presupuesto para la habilitación del Pabellón de Operaciones”, en ese momento se decide que el pavimento y las barandillas de los quirófanos deben ser de mármol y el resto de los acabados interiores.

El pabellón de Operaciones se había pasado más de quince años sin uso y con sus elementos estructurales, muros y bóvedas, a la vista y treinta años después de entrar en servicio, una reforma radical acabaría con sus interiores: Con fecha de 26 de Enero de 1959 se presenta el proyecto de “Reforma y Modernización del Pabellón de Operaciones” con el que se subdivide espacios con tabiques, se cambian las barandillas y los pavimentos, se agujerean vueltas tabicadas, se hacen cielos rasos y incluso, algunos altillos.

Recuperación de la Casa de Operaciones, su sentido patrimonial

Se presenta aquí la recuperación del interior para usos representativos y administrativos de los tres niveles sobre rasante y, si bien en este proyecto no hay ninguna incidencia sobre su exterior ni su contexto dentro del Recinto Monumental, hemos querido empezar con este análisis que nos ha llevado a ver el pabellón en su dimensión más profunda. A pesar del cambio de uso de este edificio hay que conservar su significado que, más allá de un conocimiento más o menos minucioso o interesante, nos sirve para reflexionar sobre la manera de intervenir en el edificio.

La recuperación interior de este edificio, a la luz de su propia historia, no podía fijar su propósito en restablecer una ornamentación que no había en 1911, tampoco tenía demasiado sentido proponerse la restitución sistemática de los revestimientos interiores de los años treinta , excepto los de las piezas fundamentales para la comprensión de su significado primigenio: los tres quirófanos y las dos salas adyacentes de preparación y de esterilización. Más allá de garantizar el confort de sus nuevos usuarios y propiciar la flexible funcionalidad, esta intervención debía entrar en relación con el proceso global de la recuperación monumental.

En este sentido la Casa de Operaciones juega un papel complementario a la recuperación de los otros pabellones donde la restauración ornamental ha sido una tarea nuclear. En el Edificio de Operaciones tenemos la oportunidad de exhibir el sistema estructural y constructivo llevado a cabo en todos los edificios del Recinto Monumental profusamente revestidos. En el Pabellón de Operaciones los protagonistas son el ladrillo y el azulejo, la vuelta a la catalana y el muro que emerge por detrás de nuestros revestimientos acústicos.

Coda

En el quirófano principal, la pieza que desde el centro se acerca más hacia el norte, vuelve a lucir la grada semicircular raíz de la vidriera con la barandilla metálica. Esta sencilla estrado de mármol, como el suelo y los pasamanos, permitía situar a los discípulos durante las operaciones y desde aquí seguir la labor de sus maestros. Las intervenciones quirúrgicas; el estudio de la anatomía y la disección son los conocimientos que habían desvelado los ocho médicos inscritos en la fachada del Templo de la Cirugía y son, hasta cierto punto, un referente para nuestra intervención.

Con nuestra intervención desvelamos las técnicas constructivas que construyeron todo el Conjunto Modernista del Hospital de la Santa Creu y de Sant Pau. Mostramos la estructura en su estado puro, enseñamos las bóvedas tabicadas con la disposición de las baldosas, colocadas a testa o canto formando las finas membranas estructurales de los suelos, algunas de ellas sin los tableros superiores. Ponemos en evidencia el grosor de los muros, el aparato y los arcos de descarga, la ingeniosa fijación de los tableros de cubierta a las vigas metálicas mediante la alternancia de baldosas tumbadas a tocar el ala inferior.

La disección de materiales y de elementos estructurales, esta brillante lección de la anatomía constructiva del Modernismo es la base de la profusa ornamentación que podemos admirar en el exterior de la Casa de Operaciones y en los interiores de todos los demás pabellones. Durante más de quince años, todo este repertorio de técnicas y conocimientos fue visible en el Templo de la Cirugía que Domènech i Montaner entregó definitivamente inacabado. Recuperadas las salas quirúrgicas de los años treinta, el resto del edificio, la clase magistral del maestro, nos permite saborear los secretos de la técnica constructiva.

1 Comment

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

Close
Close
Close