El novelista, articulista y poeta Miguel Torga —seudónimo de Adolfo Correia da Rocha—, es uno de los autores portugueses más importantes del siglo xx. Este centro cultural quiere ser una institución de referencia en el estudio y divulgación de su obra literaria; para ello, se ha propuesto un marco arquitectónico sereno, un edificio de una única planta integrado en el paisaje horizontal de viñas que caracteriza su entorno. El emplazamiento elegido, ubicado a poca distancia de la casa natal de Miguel Torga en la parroquia de São Martinho de Anta, perteneciente al Ayuntamiento de Sabrosa, comprendía dos áreas diferenciadas: una asfaltada, al norte, donde tiene lugar una feria quincenal, y otra en aparente abandono, al sur, adyacente a una viña.
El volumen, concebido como una construcción de muros de carga, se inserta entre ambos solares. Sus dos entradas —una para el público general en el lado este, y una de servicio en la cara oeste— se sitúan entre los dos muros paralelos en que se desdoblan cada una de las fachadas laterales del centro. Los muros se prolongan en dirección norte para delimitar el recinto de la feria, reduciendo progresivamente su altura hasta permitir su empleo como bancos donde sentarse. Una retícula de árboles modula este espacio abierto que, cuando no hay eventos, sirve también de aparcamiento para el centro.
El edificio cuenta con una superficie total de 1.500 metros cuadrados. La entrada desde el lado este vuelca directamente a la sala principal de exposiciones: un rectángulo hermético tras el que se sitúan la biblioteca, la sala de estudio, y los despachos de administración. Estos espacios reciben luz natural a través de pequeños patios privados situados tras el muro de la fachada norte. La sala de exposiciones se prolonga, en su extremo oeste, en otro ámbito de menores dimensiones y planta cuadrada, que sirve al mismo tiempo como espacio de apoyo para muestras y como vestíbulo de distribución con acceso a la cafetería, los aseos y el auditorio, este último con capacidad para 110 asistentes. Una planta sótano con almacenes y zonas técnicas completa las instalaciones. Constructivamente, se ha empleado una estructura de muros portantes de hormigón armado.
La fachada se ha revestido con pizarra procedente de la localidad de Vila Nova de Foz Côa, salvo en la cafetería, orientada al suroeste, que cuenta con una fachada de vidrio abierta al paisaje de viñedos. En el interior se ha empleado madera de afizelia para el pavimento y cartón-yeso en paredes y techos.
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Nueva muestra del talento de Souto de Moura. Imagen del edifico perfectamente integrada en el entorno.