Entendemos la participación en un evento como este como un escaparate al mundo, donde poder explicar los logros y la situación de futuro de un País, por lo que el proyecto que planteamos para el Pabellón, es un proyecto global en el que el contenido y el continente van de la mano y responden a ideas como innovación, sostenibilidad, diversidad, riqueza…
El Pabellón de España en Milán se plantea como un proyecto abierto y de largo recorrido, al alargar su vida útil más allá de la duración de la exposición. Para ello, se contempla la construcción de un pabellón expositivo totalmente prefabricado en España, que se monta en Milán y, que al finalizar la Expo, se fragmentará para volver a España en forma de pequeños equipamientos que se distribuirán en diferentes localidades españolas.
Nos acompañamos de las empresas punteras en el sector, aprovechando el escaparate que supone la participación en una exposición como la de Milán para los países participantes, y apostamos por la innovación industrial y la emprendeduría. Para la formalización de la propuesta se propone la utilización de un sistema modular patentado, desarrollado y construido en España que permite la suficiente flexibilidad para convertir un gran espacio expositivo en pequeños módulos adaptables a las necesidades de cada lugar, aprovechando prácticamente todos los elementos constructivos.
El sistema modular está basado en estructuras de acero tridimensionales. Los módulos salen acabados de fábrica y son transportados hasta el emplazamiento, donde se apilan e interconectan para formar el espacio expositivo final. La utilización de un sistema como éste revierte positivamente en la obra al reducir el tiempo de ejecución en un 50%, el coste final puede llegar a ser un 25% inferior, la calidad de sus acabados aumenta al ser un proceso industrial, la flexibilidad de los elementos permite construir espacios singulares y por último, la sostenibilidad de todo el proceso.
El eje temático del pabellón de España es un recorrido imaginario por los distintos paisajes alimentarios del país a través de su diversidad de productos, sus tipos de cocina y la innovación de la vanguardia culinaria en cada uno de ellos. La diversidad culinaria española viene determinada por la biodiversidad de la península, los ecosistemas y climas, que definen áreas geográficas delimitadas. Se definen áreas culinarias de España a través de cuatro grandes paisajes, con importantes rasgos comunes, que no exclusivos, y algunos de ellos compartidos de forma transversal: la cocina de los finisterres, de los mediterráneos, del mestizaje y la del interior.
El edificio se concibe como un espacio semiabierto en continuidad con los recorridos de la expo. La idea del pabellón es abrirse al exterior para formar parte activa de las actividades generales.
A nivel conceptual, el pabellón se divide básicamente en tres áreas o niveles que juegan con la volumetría básica del sistema modular para generar espacios que evoquen la Calle, la Plaza y el Jardín; espacios prototípicos asociados a la gastronomía y a las relaciones sociales que vertebran el contenido expositivo. El programa principal se sitúa en la planta intermedia que funciona como distribuidor y permite una circulación de ida y vuelta.
La Calle será el espacio de tránsito, el lugar en que se cruzan los visitantes, se ven, descubren las propuestas del contenido del pabellón… a lo largo de la Calle se construye una forma de relacionarse ligada con la actividad y el movimiento. El acceso al pabellón se sitúa en planta baja y, a través del espacio de La Calle y mediante una rampa mecánica, se accede a la planta intermedia donde se sitúa el área de información y degustación activa. La Calle se convierte en el espacio de presentación de los cuatro paisajes de España mediante proyecciones audiovisuales a través del mar, elemento de conexión de los diferentes territorios, durante el ascenso, mientras que al descender por la rampa se puede disfrutar del Streetfood y degustar las tapas tradicionales y sus correspondientes reinterpretaciones de vanguardia.
La Plaza, en planta baja, es el espacio de relación, de encuentro. El lugar en que podemos sentarnos a disfrutar de la comida o de una conferencia. Una zona polivalente al aire libre y otras interiores destinadas a restauración. El acceso a La Plaza se puede realizar directamente desde el exterior y desde la planta intermedia, a través del Streetfood o de la rampa helicoidal de un extremo del espacio expositivo.
El Jardín, en la planta superior, es un lugar de reposo, aislado, exclusivo, de contemplación. Un pequeño trozo de naturaleza para el disfrute personal. Nuestro jardín será además productivo, de la misma forma que los balcones y terrazas de nuestras ciudades poco a poco se van convirtiendo en pequeños huertos autosuficientes; un jardín de plantas aromáticas. En esta planta se desarrollan los talleres de cocina en la zona interior.