VACÍOS URBANOS
Medina Sidonia posee un particular relieve que permite la continua contemplación de sus cubiertas. Los lienzos encalados de su caserío se rematan con faldones cerámicos que observados desde el encrestado perfil de la ciudad aparecen como una única obra de arcilla que se amolda a la topografía. Su trama urbana ha alternado históricamente llenos y vacíos en similar proporción, salpicando las cubiertas con patios, corrales y pasajes que esponjaban su trazado. Intervenir en estos vacíos de la ciudad tiene algo de acomodarse en ellos, de cobijarse en los huecos y porosidades consolidados por el tiempo.
EL MATADERO
La densidad de la arquitectura de principios del XIX del antiguo matadero, constituida por muros, patio, piedras, cal y las columnas desplazadas del templo fenicio de Hércules-Melcart, contrasta con el espacio simétrico que ha permanecido vacío durante dos siglos como lugar de llegada del ganado, callejón de sacrificio y corral de porcino y vacuno. Este vacío es el reflejo negativo del propio matadero, un lugar vacante limitado por el potente muro encalado que encierra el solar y que rodeaba a la edificación original por dos de sus lados.
EL ESPACIO ATRAPADO BAJO LA CUBIERTA
El proyecto propone atrapar este espacio con una cubierta cerámica que solidifique este lugar entre muros, clarificando el ámbito original y reinterpretando el modo compositivo arraigado en Medina de volúmenes blancos rematados con piezas cerámicas. La cubierta recurre a la idea de topografía cerámica para trazar una geometría que se alza o agacha configurando una sección quebrada que se reviste completamente de piezas de cerámica cocida. Dicha cobertura alberga el nuevo programa, mientras que las naves del matadero se vacían situándose en ellas los comedores abiertos al patio original.
LUZ Y DENSIDAD
Tras la demolición de los elementos de poco interés, se consolida el núcleo original en torno al patio y se disponen en el vacío las cocinas didácticas y las aulas, articuladas mediante gruesas bandas que densifican la transición entre ellas. Un revestimiento que continúa el pavimento de las cocinas sobre los paramentos verticales genera una suerte de cuencas cerámicas como espacio idóneo de trabajo, cuya altura se interrumpe en el apoyo de la cubierta que queda perforada por una serie de patios que funcionan como chimeneas de ventilación y grandes maceteros de especies culinarias.
TIEMPO Y CONSTRUCCIÓN
La austeridad del matadero habita aún en sus muros y en las columnas que algunos historiadores sitúan originariamente en el templo fenicio de Hércules-Melcart y cuya diáspora traza una red dispersa en la trama de Medina. Quisiéramos conservar algo de ese carácter. Los viejos forjados son sustituidos por losas de hormigón de entrecalles curvas que remiten a los originales, los paramentos se revisten con mortero de cal bruñido y para el pavimento recurrimos a un granito gris abujardado. Todo es algo áspero y hosco, procurando no velar el recuerdo de un lugar dedicado a una industria primitiva.
LÓGICAS HEREDADAS
La propuesta utiliza la tradición vernácula de las edificaciones populares de tantos pueblos y ciudades del sur: los muros encalados de gran inercia térmica, los patios utilizados como espacios-chimenea para provocar ventilaciones inducidas y las cubiertas cerámicas traspirables. Una serie de pequeños patios salpican la planta de la Escuela de Hostelería asegurando ventilaciones cruzadas, al tiempo que los gruesos muros entre los que se inserta la intervención reducen las perdidas térmicas y la humedad se controla a través del uso de la arcilla como material envolvente.
5 Comments
Enhorabuena al equipo de Sol89, es un proyecto sencillo en sus líneas, con unos conceptos claros y visibles, y con mucho interés a nivel de ejecución material y espacial.