El concurso planteaba la construcción de dos edificios de programas y escalas bien diferenciadas. Por un lado, un equipamiento docente destinado a recolocar y mejorar la Escuela de Arte y Diseño de la ciudad, y por otra, un pabellón de ferias que sustituyera el ya existente en el mismo solar, hoy en día muy deteriorado. Dos emplazamientos contiguos pero separados por un vial. Una posición estratégica respecto la ciudad de Amposta y sus vías principales.
No entendemos el proyecto como dos edificios aislados. Proponemos una intervención que favorezca una lectura conjunta. Encontramos el verbo “contaminar” para explicar lo que buscamos; mezclar el uno con el otro, encontrar un lenguaje conjunto. En planta y en sección. En la forma y en el fondo. Las dimensiones del auditorio fijan las luces de la feria; los espacios pequeños de la feria toman las dimensiones de las aulas de la escuela, y a la inversa.
El proyecto resultante es más una manera de construir el lugar que no una respuesta definitiva. Unas normas del juego que permiten sistematizar los posibles cambios de programa o la construcción por fases. Parámetros fijos que otorgan flexibilidad al resultado final.