Un stand modesto y sincero; construido con materiales crudos e inacabados. El aglomerado sin tratar de las fachadas exteriores se presenta en sus distintas tonalidades de forma aleatoria. Las superficies del interior se han teñido con una lechada de pintura mural blanca y agua aplicada de forma no muy uniforme a rodillo. Los rótulos pintados en blanco.
Perseguíamos un espacio normal, sin ningún protagonismo para que el producto presentado destacara claramente; un espacio informal, fácil y divertido, con cierta ironía donde sentirse cómodo en seguida, donde encontrarse como en casa entre amigos. Un buen reflejo de los valores que definen la identidad de Marset. Un reflejo coherente que sigue un discurso que empezamos a definir juntos sin saberlo, hace ya varios años.