Encontramos enormes silos, una chimenea, cuatro kilómetros de galerías subterráneas, salas de máquinas en buen estado… Esto ocurría en 1973 y fue nuestro primer encuentro con la Fábrica de cemento.
La Fábrica de cemento, que data del primer período de la industrialización de Cataluña, se construyó en diferentes etapas, con una serie de ampliaciones a medida que las distintas cadenas de producción lo requerían. El resultado formal estaba definido por una serie de elementos estratificados, un proceso heredado de la arquitectura vernácula aplicado a la industria.
Recorrimos la Fábrica con una visión caleidoscópica, imaginando futuros espacios y descubriendo que en ese lugar coexistían los distintos movimientos artísticos y visuales que se habían desarrollado desde la Primera Guerra Mundial.
El Surrealismo, en sus escaleras paradójicas que no conducen a ningún sitio; la absurdidad de algunos elementos colgando sobre espacios vacíos; enormes espacios inútiles de proporciones extrañas, pero mágicos por su tensión y falta de proporción.
Abstracción en sus volúmenes puros, que aparecen muchas veces rotos y brutos.
Brutalismo en el tratamiento abrupto y las cualidades escultóricas de los materiales.
Seducidos por las contradicciones y la ambigüedad del lugar, decidimos quedarnos con la fábrica, y modificando su brutalidad original, esculpirla como una obra de arte.
El resultado demuestra que la forma y la función deben disociarse; en este caso, la función no creó la forma; contrariamente se demostró que cualquier espacio puede adaptarse al uso que el arquitecto elija si es lo suficientemente hábil.
Actualmente aquí vivo y trabajo mejor que en cualquier otro lugar. Este es para mí el único sitio donde puedo concentrarme y asociar ideas de la manera más abstracta.
Tengo la impresión de vivir en un universo cerrado que me protege del mundo exterior y el día a día. La Fábrica es un lugar de trabajo por excelencia. Aquí la vida transcurre como una secuencia continua, con muy poca diferencia entre el trabajo y el ocio.
Tengo la impresión de vivir en el mismo entorno que originó la Revolución Industrial en Cataluña.
El Estudio
El estudio está situado en los silos de la fábrica, en las cuatro plantas conectadas por una escalera espiral.
Reflejo de la cultura de RBTA, la distribución funcional del espacio fomenta el trabajo en equipo y asegura un ambiente óptimo para la concentración individual y la creatividad.
El despacho de Ricardo Bofill en la primera planta es un espacio minimalista, con techos de 4 metros y paredes y moqueta blanca.
El espacio de trabajo es abierto, luminoso y espacioso, inundado de luz natural a través de las ventanas que dan a los jardines. El mobiliario fue especialmente diseñado por RBTA con la excepción de las sillas vintage Thonet.
Las galerías subterráneas contienen el taller de maquetas y las salas de archivo.
Las puertas, ventanas y elementos decorativos son una clara referencia a la arquitectura culta e histórica, en contraste con lo que podría considerarse el carácter vernáculo de la fábrica original.
La Catedral
Como parte del creativo proyecto de transformación y adaptación de la fábrica de cemento, la zona de elaboración se transformó en una sala de conferencias y exposición de dimensiones generosas con alturas de suelo a techo de 10 metros.
Los Jardines
Una vez definidos los espacios, limpios de cemento, era necesario proveer de una base verde a los volúmenes que se conservaron; la vegetación escala los muros y se descuelga del techo.
El terreno, cubierto en su mayoría por césped, está rodeado por grupos de eucaliptos, palmeras, olivos, prunus y plantas trepadoras que envuelven los muros de hormigón visto, dando al edificio una apariencia misteriosa de ruina romántica que lo hace único e irrepetible.
Las paredes brutas de cemento ligeramente oxidadas conservan la estética industrial y su calidad espacial, como la memoria del anterior uso del edificio.
La intervención arquitectónica en La Catedral es mínima pero estéticamente y visualmente contundente, con muy pocos elementos de mobiliario contemporáneo diseñados por Taller Design: una mesa de conferencias de madera y acero, un sofá negro de piel, sillas y sillones de línea depurada, una mesa auxiliar de vidrio y acero y una mesa de reunión más pequeña bajo las enormes tolvas.
10 Comments
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Es impresionante la calidad que tiene para vel el espacio en 3D , soy admiradora de parte de su obra , otra creo que una noche loca la tiene
Cualquiera, no como otros que solamente ven su trabajo tan lineal que seria mejor que se quedara en su pueblo cogiendo naranjas . Pero Sr. Bofill porque no se prodiga mas ?
Quien eres y que has hecho con el viejecito incompetente! Qué sera lo siguiente.. ¿Descubrir que el anciano Bohigas fue buen arquitecto en alguna época?
El mundo se ha trastocado. Si no se trata de alguna de las consecuencias imprevistas del calentamiento global no se de que se trata.
(Estamos ablando de HUMOS que suben muy arriba para bajar convertidos en porquería tóxica).
El resultado es una pasada, pero ya se veía por donde iba a salir, eh? Esas ventanas góticas (con triforio y todo) en las tolvas… uff
impressionant!!
enhorabona
money, money, money
algu m'explicarà perquè a aquest crack li va deixar d'interessar l'arquitectura? és una autèntica llàstima