El proyecto se situa en Figueres, capital de la comarca de l’Alt Empordà en la Costa Brava. Figueres es una Ciudad pequeña, de unos 45.000 habitantes, situada en un punto estratégico dentro del territorio. Su condición de capital de comarca la convierte en un núcleo comercial potente y la situación próxima a la frontera francesa ha sido clave en el desarrollo de su historia.
En el siglo XVIII durante el reinado de Fernando VI se decidió construir la fortaleza militar más grande de Europa en Figueres, en un pequeño montículo que delimitaba la ciudad por el noroeste a unos 100 metros sobre el nivel del mar i desde el que se puede divisar toda la llanura del Empodrà. Esta construcción militar fue un punto de inflexión en el crecimiento urbano de la ciudad. Figueres paso a ser un punto militar clave i estratégico y pasaba de ser solo una ciudad fronteriza a ser una ciudad indispensable militarmente. Esta fortaleza, El Castillo de San Fernando, pasa a ser testigo de la historia militar española y es un paso obligado en las diferentes guerras que se desarrollan durante los siglos siguientes. Toda fortaleza militar afecta urbanísticamente y socialmente a la ciudad. Dentro de un punto estratégicamente escogido, se construye la fortaleza que se niega a la ciudad i se recluye en ella misma sin participar lo más mínimo con esta. La gran construcción se convirtió en el mayor punto negro de la ciudad. Al construirse la fortaleza todas las tierras colindantes pasaron ser militares y por lo tanto protegidas. Así se fueron construyendo una serie de límites infranqueables para Figueres.
El proyecto parte del trabajo en paralelo entre el programa (centro universitario en Figueres) y del propio lugar, de los límites que van apareciendo. Así pues, se pretende que el proyecto dé respuesta por una parte a la vocación universitaria de la Ciudad, que por su tradición artística y por la falta de facultades cercanas se opta por proyectar la Escuela de Bellas Artes de la universidad de Girona. Y por otra parte, pretende retornar a la ciudad el gran agujero negro que ha representado la fortaleza militar y que se ha ido potenciando desde el 2003 cuando se cedió a la ciudad.
El proyecto se sitúa fuera de la doble fortaleza que forma el castillo, en el límite con la geometría del Glacis. El glacis en tecnología militar un es una pendiente suave y despejada que precede al foso de una fortaleza, y que está dominada por los baluartes y otras fortificaciones, desde los que se puede hacer fuego sobre él y sobre el cual rebota la artillería militar. En el propio emplazamiento encontramos una serie de preexistencias y límites cercanos que caracterizan el lugar y que serán las bases del proyecto.
El proyecto es la definición del intersticio entre la topografía del glacis que constituye el límite con el castillo y la vegetación frondosa que limita con la ciudad. Por lo tanto hay un límite continuo que responde a la continuidad de la topografía y un límite fragmentado que intenta respetar la vegetación existente. El espacio entre límites construidos es el gran acceso, una plaza que relaciona todo el programa y que a la vez permite las visuales al castillo y a la vegetación, la ciudad y el mar.
El programa se organiza a través de un gran acceso público y abierto, la plaza, el espacio de relación social y de relación entre los límites antes mencionados. Ésta plaza está a cota 86 y da acceso directo a los tres volúmenes que se relacionan con la vegetación y que concentran la mayor parte del programa. El acceso al edificio es a través del gran óculo que comunica la plaza con la planta inferior en cota 81. El óculo es el elemento que relaciona las dos plantas y las dos cotas.
El edificio se separa del límite continuo con el castillo dejando un fosado orientado a norte y que conecta el edificio con la cota inferior. Así pues el mismo proyecto salva el desnivel entre cotas y da acceso a través de las dos. El óculo es el elemento que relaciona estas cotas en el propio edificio.
El acceso general que se produce en cota plaza de manera que se puede acceder a través del óculo a la cota 81 donde se concentra la mayor parte del programa público, el hall, la biblioteca, el archivo, la sala de actos etc. Esta cota es la que relaciona y da acceso internamente todo el programa.
Una de las partes más importantes del proyecto es la relación que se establece entre las aulas, los talleres, el acceso general y la plaza. Una de las primeras premisas del proyecto era la necesidad de que la plaza fuera un punto muy presente en la vida del edificio. La sección del edificio prioriza la relación entre estos elementos. Las aulas se conciben como espacios muy libres que pueden variar su dimensión, forma y orientación según necesidades, tal y como se muestra en los diferentes esquemas. Lo característico de la sección es el recorrido que se establece entre cotas (86 y 81) y que relaciona talleres – aulas, y accesos, plaza – óculo. Las aulas (cota81) permiten la circulación longitudinal gracias a que la fachada es pensada como una serie de filtros, la estructura del propio edificio, la carpintería y su subestructura, el banco interior, el espacio de circulación y los tabiques móviles que configuran las aulas. El espacio de circulación acaba con un gran espacio, el taller que ocupa el testero de los volúmenes y que se evoca a la vegetación. El taller a doble espacio es el que permite la relación con la cota 86 donde se proyectan pequeños talleres que conectan directamente con la plaza. De esta manera la plaza se convierte en zona de trabajo.
Constructivamente el proyecto es muy sencillo. Se lleva la estructura a fachada para permitir plantas libres de estructura y por tanto que se pueda cambiar fácilmente el uso. La estructura forma parte de la fachada y del sistema de evacuación de aguas de cubierta. El sistema constructivo de fachada está formado por la estructura del edificio y de la estructura del cerramiento, lamas de madera que a la vez contribuyen en la protección solar.
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El nuevo edificio se aposenta en ese límite militar (glacis), que Marta a analizado profundamente hasta depositarse sabiamente, buscando vistas proximas y lejanas. El edificio busca el entorno proximo para seducirlo y participar en todo momento de él. El programa, acotado, es el protagonista del proyecto, la envolvente solo lo preserva de los efectos climáticos. Este es un caso claro de proyecto pensado realmente con la cabeza, no necesitamos de alardes estructurales ni decoraciones superficiales, es pura esencia. Molt be Marta, felicitats.