El proyecto de la plaza Valldaura y la calle Camp d’Urgell desarrolla una porción de la ordenación general planteada para la renovación del área oeste del centro histórico de Manresa. Como paso preliminar, se redactó un encaje general de la ordenación de los espacios públicos de esta área del centro histórico de la ciudad. La renovación de la urbanización pretende avanzar en la conversión del centro histórico en un espacio de prioridad para los peatones mediante unos criterios de actuación que aseguren, al mismo tiempo, una imagen singular, unitaria y diferenciada del núcleo antiguo de la ciudad.
La propuesta de ordenación del área oeste del centro histórico fijó tanto la geometría general de trazado como la tipología de materiales que debían utilizarse. La geometría y el criterio sobre materiales pretenden dar continuidad y entrelazar las distintas plazas del sector mediante la extensión, con geometrías variables, de un pavimento de piezas de hormigón de color gris-negro. El carácter unitario del pavimento se asegura, asimismo, limitando el abanico de materiales a dos más: granito gris flameado y pavimento continuo de hormigón blindado con granito (una versión actualizada de un pavimento histórico de la ciudad, utilizado en los años 20 y 30 del siglo XX). Con la propuesta de ordenación general se pretende proyectar el espacio público del centro histórico, no calle a calle o plaza a plaza, sino por sectores amplios como paisaje en continuidad. De esta manera se pretende reforzar aún más la unidad del conjunto del espacio público del centro histórico como espacio singular y diferenciado dentro de la ciudad.
La ordenación concreta del ámbito del proyecto se basa en la definición de dos fajas de pavimento de piezas gris-negras en la calle Camp d’Urgell que, una vez llegan a la plaza Valldaura, se ensanchan definiendo dos alfombras oscuras en dos de los lados de la plaza. Estas superficies acogen el conjunto de elementos de mobiliario y arbolado planteados en la nueva ordenación de la plaza. El resto de plaza se deja libre de elementos para permitir, de forma cómoda, el paso de múltiples recorridos a pié que atraviesan el lugar.
La alfombra de pavimento gris-negro del lado sur de la plaza define el ámbito de estancia del sitio. En concreto en este ámbito se emplazan dos grandes bancos en forma de cruz situados entre el arbolado (Betula pendula) y los báculos. El conjunto de elementos pretenden definir un espacio denso, recogido, bajo los árboles, des de donde disfrutar de vistas hacia el tránsito de personas del resto de la plaza. Los bancos, formados por dos grandes cruces metálicas, adoptan una forma y unas dimensiones que rehuyen de la escala doméstica para dotar de carácter la plaza, a la escala adecuada. La disposición de los bancos, y la disposición de respaldos en parte de las cruces, pretenden ofrecer maneras diversas de sentarse y de relación entre las personas. El espacio central de la plaza –punto de cruce de los recorridos de los peatones- es ocupado, de noche, por una mancha de luz azul.
