Noruega Arquitectura y Naturaleza

Si algo caracteriza a Noruega es su gran riqueza natural: la mezcla de roca, agua, aire y vegetación en toda su variedad de formas y colores conforman un gran mosaico que se extiende desde las playas de arena del sur hasta las gélidas rocas del círculo polar Ártico.

En un país con un clima tan frío y una orografía tan extrema y exuberante la comprensión del entorno natural se convierte en una obligación y al mismo tiempo en una oportunidad de crear una intervención arquitectónica única. En muchos casos esta intervención no puede aspirar más que a ser un pequeño hito en el paisaje, un punto de atracción, una guía dónde el espectador se pueda orientar y tener una referencia en la inmensidad de una naturaleza abrumadora.

¿Son necesarias estas intervenciones? Hay quien considera que solo con la intervención del hombre se puede entender la dimensión del lugar, otros piensan que no se debe construir en la naturaleza, que al modificarla perdemos su belleza inicial. Algunos creen solamente se pueden justificar aquellas con un valor puramente funcional (puentes, barandillas,etc). Invito a los seguidores del blog a escribir su opinión.

A continuación os presento una serie de proyectos que he visitado en mis viajes por el más bello de los países escandinavos para que decidáis vosotros mismos.

Situado en una de las ramificaciones de Sognefjorden el mirador de Aurlandsfjellet es sin duda uno de los más espectaculares de Noruega. El cristal del final del mirador se inclina unos treinta grados sobre la vertical, creando una falsa sensación de desprotección mientras que la pasarela se retuerce sobre sí misma impidiendo al espectador ver el apoyo del final del mirador. La combinación de ambos recursos crea la sensación de estar volando sobre el fiordo.

Sobre una cascada del río Gaula, en la zona montañosa próxima a Sunnfjord, se encuentra esta sencilla pero elegante intervención.  El puente metálico de unos diez metros de luz parece flotar sobre las aguas del río, sin embargo su estructura triangulada y su sección en forma de V dan una solidez a la construcción que contrasta con su ligereza visual. Permite disfrutar de unas excelentes vistas así como cruzar el cauce de agua en busca de caminos dónde perderse entre la naturaleza nórdica.

Diseñada como mirador, observatorio para pájaros, y atracción turística se erige esta estructura de madera de 12m en las proximidades del lago Seljordvatn. La torre, que fue proyectada para emerger como un periscopio cerca de la orilla, dispone de oberturas a ambos lados que permiten contemplar el paisaje a medida que se asciende, a través de la escalera central, al mirador principal de la última planta. En este ejemplo concreto la topografía circundante es menos escarpada debido a su localización más meridional dentro de la geografía noruega.

 Este pequeño hotel situado en las montañas cercanas al espectacular Geirangerfjord se caracteriza por su división en pequeñas unidades completamente independientes, con una o dos paredes de cristal, que se adaptan a la topografía para enmarcar diferentes puntos del paisaje, siempre cambiante según el clima, la luz y las estaciones. La mayor parte de los habitáculos flotan sobre el terreno natural sustentándose en una serie de pilares metálicos reducidos a su mínima expresión, mientras que el resto se semientierra para reducir su impacto visual con el entorno.

Las vistas desde el mirador de Rondane parecen ser idénticas a las pintadas por Harald Sohlberg en su cuadro “Winter night in the mountains” de 1913-1914. La gran plataforma elevada del suelo por pilares del mismo diámetro que el tronco de los árboles, serpentea entre los mismos adaptándose al entorno cercano, mientras que el encofrado de madera ha dejado en el hormigón la textura propia de los bosques nórdicos. Las rejas metálicas del forjado permiten la visión del suelo a la par que aligeran el peso del hormigón sobre el terreno.

La intervención más extensa en m2 y seguramente la más compleja de entre las elegidas es la de Trollstiguen. Situada en la platea con el mismo nombre, el proyecto se compone de un edificio que pretende mimetizar las formas del entorno y un conjunto de pasarelas y miradores que permiten disfrutar de unas espectaculares vistas. Los materiales usados en la construcción son el hormigón y el acero corten, los únicos capaces de resistir las duras condiciones climáticas de una carretera abierta únicamente de julio a octubre.

Solamente me queda añadir que la mayoría de paisajes y obras enseñadas son muy difíciles de explicar a través de las fotografías y de unos breves textos, así que la mejor forma de concluir el post es invitándoos a visitar, a ver y a juzgar por vosotros mismos. Para los interesados os dejo un post de las rutas turísticas nacionales, dónde se encuentran la mayoría de proyectos explicados: http://www.nasjonaleturistveger.no/en