La fábrica de Ricola es un buen ejemplo de cómo H&dM eran capaces, en sus primeros proyectos, de sacar el máximo provecho de cualquier encargo. Al llegar, sorprende la escala del edificio, mucho más grande de lo que parece en las publicaciones, y la aparente sencillez de los detalles. Parece que todo sea fácil y evidente, lo cual acostumbra a pasar en los proyectos más excelentes. Es una buena visita para recordarle a uno que, a veces, un buen proyecto está en unas pocas decisiones, pero muy bien tomadas.
Herzog & de Meuron Ricola, Mulhouse
