Imagen: con Alvar Aalto en los toros. Barcelona 1951 (Antoni de Moragas i Gallissà, Arquitecte, ed. Col·legi d’Arquitectes de Catalunya, Año 1997)
Hacia ya tiempo que queríamos iniciar esta serie de entradas sobre uno de los arquitectos que más apreciamos y que más ha influido en la arquitectura de Barcelona.
En estos momentos de cambio nos parece interesante recuperar una de las arquitecturas más personales que ha ofrecido esta ciudad. Un arquitecto que, sin renunciar a los paradigmas del Movimiento Moderno, fue capaz de introducir matices que construyeron una arquitectura muy particular e identificable, enraizada en el lugar gracias al uso de materiales vernáculos tradicionales de la arquitectura popular: ladrillo, cerámica vidriada, etc con una capacidad compositiva y plástica de una gran calidad.
Nos interesa especialmente el tratamiento de los espacios colectivos, vestíbulos y escaleras, de los edificios de vivienda colectiva. Toda una lección de sensibilidad y diseño al servicio del confort del usuario que recupera la tradición de los grandes vestíbulos del Ensanche barcelonés, mostrando un respeto al habitante poco habitual.
Os proponemos revisar algunas de sus obras en estas seis entradas que aparecerán semanalmente cada viernes, dentro del apartado HIC BCN, con fotografías recientes e históricas que nos permitirán conocer una arquitectura de la que existe poca información publicada. Estamos seguros que os van a sorprender.