| Miquel Ruiz Planella
| 2015 | PFC | ETSAB
| Profesor: Jordi Garcés, A. Obiol, F. Sagarra
El proyecto se situa en Berlín, en pleno corazón de Kreuzberg.
La parcela se ve afectada por el Mediaspree, estrategia inmobiliaria y de empresas desdicadas a los mass-media y a la investigación para consolidar todo el margen del Spree con nueva construcción o la rehabilitación de lo prexistente. Ésta es un lugar muy particular, pues está enmarcada por el río, por 3 medianeras con grafitis emblemáticos y por dos calles con carácter distinto una de la otra. Por eso y por su dimensión, la parcela ha adoptado una personalidad propia. Se adoptan unas estrategias para mantener la atmosfera inicial: Alinearse a las calles que la marcan, potenciando el cruce; respetar los grafitis al separarse de las medianeras, generando un paso que se abre hacia el río aprovechando las dos directrices; plantear un recorrido transversal entre medianeras que pase por el interior del edificio y genere la entrada principal; entender la trama de la morfología urbana, el sistema de patios de la ciudad, y aplicarlo a la pieza del proyecto. Todo esto entendiendo el programa.
Este centro de investigación interdisciplinar es un lugar donde se realizan estudios sobre los sentidos que afectan a la percepción humana: la vista, el oido, el tacto, el olfato y el gusto. El programa se divide en una parte de divulgación, a planta baja, y una de investigación, a planta primera y segunda. En ambos casos, el programa tiene una parte más estática, como los talleres, los estudios, las cocinas o los laboratorios, y una más dinámica.
Así, se plantea una gran nave que engloba lo flexible del programa y una serie de ramificaciones en L o barra con todo lo más estático. Entre esta segmentación del programa en nave y barras aparecen una serie de espacios intermedios como núcleos verticales que hacen de paso y donde se encuentran los baños y las comunicaciones verticales.
En la nave se busca la permeabilidad visual en toda su longitudinalidad. Las barras, si bien tienen un programa más compacto y cerrado, giran entorno unos patios luminosos. Dialogando con las medianeras, se plantean 3 agrupaciones de piezas: una primera que engloba la barra del tacto y el patio del olfato y el gusto; una segunda con lo referente a la vista y al oido; y una tercera pieza que se abre hacia el río donde aparece el club de música experimental, tan importante en la escena berlinesa.
Siguiendo con el diálogo con las medianeras, se busca que esta referencia visual sea lo más clara posible en todas las fachadas. Por eso se juega con la compacidad y la transparencia. Y así aparecen estos grandes intersticios que hacen de entrada principal y de entrada al club. En planta baja, la barra es un único espacio que se subdivide con puertas metálicas en tres partes fundamentales: en la esquina el bar-restaurante conectado a la pieza del gusto; el espacio central como coworking y fab-lab; por último, el club con su bar y chill-out. En las Ls se situan los talleres, que pueden cerrarse del resto del edificio y funcionar independientemente con entradas desde los patios.