Fuente: Pereda Pérez Arquitectos
Fotografía: © Pedro Pegenaute
La construcción de la pasarela peatonal entre el Baluarte de Labrit y el Fuerte de San Bartolomé responde al ancestral anhelo de los urbanistas de Pamplona de dar continuidad al paseo de Ronda que recorre el recinto amurallado más allá de los límites de los viejos Burgos.
El proyecto se sitúa en el límite de la ciudad histórica de Pamplona, espacio con una fuerte topografía, límite entre las murallas de la ciudad, singularizado por el peso formal de los distintos elementos que conforman su historia.
Los requerimientos del proyecto se ajustaban básicamente a redefinir un espacio de borde que garantizase la accesibilidad y la conexión entre las dos ciudades, una, la medieval y consolidada y otra, la ciudad más vertical y moderna del Ensanche. Dentro de los condicionantes del proyecto adquiría casi todo el protagonismo la ejecución de una pasarela elevada sobre las murallas que permitiera hacer desaparecer para el peatón el tránsito rodado existente hacia la Cuenca de Pamplona.
El resto de la intervención se ajusta básicamente a la pavimentación con losas de calcarenita de gran formato definidas geométricamente por las trazas impuestas por la pasarela completando la accesibilidad con el resto del borde amurallado.
La propuesta arquitectónica de la pasarela, como respuesta contemporánea al lugar, persigue un planteamiento nítido, unitario y sencillo, plasmado en una volumetría que se percibe limpia, que armoniza estratégicamente con el ámbito amurallado de su entorno inmediato que podría adjetivarse de la misma forma.
Su trazado se configura con un perímetro quebrado, que arranca, en su punto superior, en continuidad geométrica con el lienzo del Paseo junto al fuerte de San Bartolomé, para terminar girando hacia el punto inferior de desembarque, prefijado por las bases del concurso, sobre los vestuarios del frontón Labrit ya existentes. Mención especial requiere la escalera añadida a los requerimientos originales como aportación singular del proyecto y que surge con la vocación de dar una respuesta única y unitaria a la accesibilidad de la zona.
La traza geométrica y estructural de la pasarela que queda, por tanto, definida en forma de “Y”, se desarrolla entre los dos puntos indicados salvando el desnivel existente de 3,70 metros con dos rampas de reducida pendiente e incorpora el apoyo intermedio que supone la escalera para resolver la accesibilidad desde el nivel inferior de la Cuesta de Labrit.
El diseño de la pasarela apuesta por aunar construcción y estructura. Todos los elementos que la definen conjugan ambos conceptos quedando premeditadamente despojada de elementos superfluos, de tal forma que presenta una construcción limpia, identificada con el gusto por la sencillez formal y la ponderada expresividad de los materiales empleados, el acero cortén y la madera de Ipe.
El proyecto queda matizado por el equilibrio cromático entre los diferentes materiales empleados, sus diversas texturas y colores que aportan una uniformidad que dota al volumen de una identidad reconocible, casi escultórica, que la sencillez constructiva pretende remarcar. Este equilibrio cromático y material armoniza con el entorno amurallado.
El planteamiento estructural del diseño define los cierres laterales de la pasarela como los elementos portantes frente a otras posibles soluciones más convencionales. Dichos cierres, únicamente con 10 mm. de espesor, garantizan salvar la luz requerida. A partir de éstos, cuadernas, rigidizadores y demás elementos estructurales cooperan en la estabilidad del conjunto además de conformar el volumen de la pasarela.
ASPECTOS DE INNOVACIÓN QUE INCORPORA EL PROYECTO DE LA PASARELA
TRAZA
Sin duda alguna entendíamos que el peso histórico del lugar aconsejaba acometer una propuesta más ambiciosa que la propia resolución de la accesibilidad, que aportase la adecuada energía arquitectónica con especial atención a las geometrías del lugar. El planteamiento de trabajo, de forma decidida, buscó que la traza de la pasarela reconociera su condición urbana en este preciso lugar. Entendíamos que no debía ser una solución genérica como respuesta a la accesibilidad requerida, a diferencia de otras soluciones u otros ámbitos con menos condicionantes.
Por otra parte la aportación de la pieza de la escalera, que por añadidura colabora a ajustar, completar y constituir el perímetro quebrado, acentúa el carácter final de la propuesta frente a la solución lineal inicialmente requerida en las bases del concurso.
ALZADO
Los parámetros que ponderan la “belleza” de una pasarela peatonal, una vez resuelto su exiguo programa, se sustentan básicamente en la esbeltez de la pieza y en la resolución estructural y constructiva de sus apoyos. La primera, sin duda, queda reflejada en el alzado y favorecida por la ventajas estructurales de la traza en “Y”.
El proyecto, en línea con la búsqueda de la sencillez formal como mecanismo compositivo, tuvo especial interés en cuidar, de forma exhaustiva, el desarrollo de los apoyos. Estos tienen un sofisticado diseño de aparente naturalidad. La presencia y el contacto del volumen de la pasarela sobre las trazas históricas presenta como objetivo, a modo de artificio, la identidad con lo sencillamente apoyado evitando las soluciones pesadas o burdamente pegadas como mecanismo de respeto hacia la materialidad histórica donde se sitúa.
CONCEPTO FORMAL DE LA SECCIÓN
La configuración formal de la sección de la pasarela se definió siguiendo tres pautas:
A. Buscar la continuidad geométrica y coplanaria de la misma con el lienzo del Paseo de Ronda en su punto cercano al futuro Museo de los Sanfermines, solución inviable en las propuestas de traza lineal al tener que unir los puntos inicialmente requeridos desde las bases del concurso.
B. Desde la intuición de que la mímesis geométrica de la sección de la pasarela y los lienzos de las murallas puedan aportar una solución de mayor armonía con su entorno.
C. La materialidad del acero cor-ten es capaz de adquirir un compromiso entre la eficiencia estructural, la durabilidad y la rotundidad formal y el equilibrio cromático con las murallas.
Y además, frente a otros materiales, es capaz de tener un envejecimiento paralelo y en sintonía con los lienzos de piedra restaurados.
CONCEPTO ESTRUCTURAL
El esquema estructural queda definido por un trazo en forma de “Y” que se desarrolla entre los dos puntos prefijados con un punto de apoyo intermedio.
Entendíamos que este diseño podía aportar diferentes ventajas frente a un trazado lineal sin apoyos intermedios:
Supone una solución con una estabilidad estructural mayor al presentar tres puntos de apoyo que aportan un mejor comportamiento a esfuerzos horizontales.
Esta estabilidad optimiza las cimentaciones y evita afecciones a la muralla existente.
Por último, la escalera transforma el elemento lineal en un falso arco que mejora la respuesta estructural en las luces a salvar. Supone, por lo tanto, una disminución significativa de las secciones constructivas que redundan en la economía de la propuesta y en el impacto visual de la pasarela. Es, sin duda, una solución claramente más eficiente.
El proyecto, desde su traza, persigue no solamente una propuesta singular con trazado limpio y nítido frente a la rotundidad del entorno amurallado, sino que además presenta indudables ventajas estructurales y económicas frente a otras posibles soluciones.