| Marcel Pasano Rosich
| 2013 | PFC | ETSALS (Barcelona)
| Profesores: R. Valls i Ortiz, N. Martí i Audí, P. García Hernández, X. Bustos i Serrat, F. Grau i Valldosera, J. Tous i Gomà-Camps
La ciudad de Oslo ocupa el límite septentrional del Fiordo que lleva su mismo nombre. Esta ciudad fue fundada en el año 1048 dc. en la zona que actualmente conocemos como «Sentrum», pero no es hasta el s. XIX que inicia un periodo de prosperidad junto a un crecimiento socio-económico gracias a la exportación de madera y al comercio marítimo, propiciando la construcción de diferentes edificios públicos como son: el palacio real, la universidad, el teatro nacional, el parlamento, etc. y un crecimiento radio-céntrico la ciudad.
Este vínculo que tiene la ciudad de Oslo con su Fiordo ha generado que actualmente posea el puerto de pasajeros y cargas más grande de Noruega, obteniendo un volumen anual de 5.000.000 de visitantes. Por ello se conoce de la existencia de un estudio urbanístico que propone la construcción de un eje conector marítimo, que gestiona la actividad alrededor del Fiordo y vinculado al siguiente, el proyecto que hoy se presenta: un edificio punto de información, de reunión y de más servicios complementarios derivados del turismo.
El emplazamiento del siguiente proyecto se encuentra en la zona «Sentrum», dentro del conjunto museístico Akershus Festin y tangente a la futura promenade y terminal de cruceros de la ciudad.
El edificio surge del cumplimiento de un programa de necesidades y de su encaje en un entorno arquitectónico singular, propio de esta parte de ciudad. Por ello, la primera actuación ha sido la de adoptar como base del proyecto, un edificio tipo preexistente que se repite diversas ocasiones en este mismo entorno, el cual a priori, puede servir tanto a su finalidad programática como a su integración en el medio que se encuentra.
La segunda actuación es la de gestionar el volumen arquitectónico previamente definido para que dialogue con los condicionantes externos concretos de su implantación, como son: el hecho de dotar de un mejor acceso al conjunto museístico desde la cota que va de la calle Kongensgate a la calle Kirkegata; el respeto por una vegetación y una geometría geológica peninsular, más que centenarios (ya que se encuentran documentados desde el año 1700); y el desarrollo en su interior de a un punto de reunión e información, dos salas de exposiciones polivalentes, dos aulas-taller, una sala de conferencias, un restaurante, una tienda de souvenirs/librería y de más dependencias auxiliares como la administración, espacios de almacén y logística y servicios de baño.
El edificio está concebido alrededor de un único espacio continuo contenedor donde cada una de las piezas programáticas están relacionadas por vistas cruzadas. Este hecho proporciona al usuario una lectura rápida de todas las actividades que se cobijan en el interior del edificio y de su dimensión. Además de interpretar con ello, la manera primitiva que tenía la sociedad vikinga (origen de la actual Noruega), de resolver sus edificios, como la tradicional «Cabaña»; basados en la lógica constructiva del casco de un barco invertido, con cuadernas de madera revestidas con un sistema de paneles de madera rematados con una cubierta de tejas de madera (ej: Museo Viking Borg a Lofoten). Hechos que guardan relación tanto con la materialidad como con el sistema estructural escogidos para resolver el siguiente edificio.
Una materialidad formada a partir de un binomio de madera para los elementos aéreos y de hormigón armado para los elementos en contacto con el suelo; y una estructura generada a partir de la repetición en serie de unos pórticos de madera laminada con un entrevigado de paneles de madera contralaminada.