| Álvaro Vázquez Esparza
| 2012 | PFC | ETSAV (València)
| Profesor: Manuel Lillo Navarro
La problemática de la vivienda en Filipinas es una constante sobre todo en las grandes urbes como Metro Manila, donde el problema cobra unas dimensiones dramáticas. La gran llegada de personas en busca de una mejor calidad de vida, y el desorbitado crecimiento demográfico junto con la incapacidad, y falta de recursos públicos para poder asumir esta situación, propicia la aparición de infravivienda, sobretodo en lugares peligrosos como cauces de rio, laderas, puertos o vías de tren.
Nuestra zona de proyecto, Oviedo Property en Quezon City, se ubica en una ladera con grandes pendientes y escorrentías de agua, rodeado por amplias zonas de infravivienda, así como un instituto en el extremo noroeste, y un centro de drogodependientes al sureste. Además en el interior existe una pequeña Iglesia evangélica de gran influencia en la zona, y abundante vegetación.
El proyecto trabaja con el concepto de Barangay, la estructura poblacional típica de las Filipinas formada por viviendas agrupadas en torno a una misma área, creando piezas autónomas y espacios que desarrollen el sentido de pertinencia y las relaciones sociales entre los habitantes del lugar. Estas agrupaciones se integran en la topografía existente, creando espacios aterrazados que permiten la creación de ambientes diferentes de tipo público-privado, así como relaciones visuales y funcionales a distintos niveles. En la zona más elevada del proyecto, a nivel de calle, se ubica un Centro Multifuncional con diferentes espacios y servicios necesarios, así cómo la Iglesia existente. Además, junto al talud del instituto se ubica un edificio que permite la comunicación entre la parte más elevada y la más inferior del proyecto, creando un acceso al colegio a través de la cubierta de lo que será el Centro de Educación ambiental, lugar de formación y asesoramiento sobre agricultura urbana u otros servicios vecinales.
Este proyecto trata de enmendar anteriores errores, donde la falta de control de densidad o las necesidades reales de los usuarios han creado proyectos fallidos. De este modo se plantean 4 tipologías diferentes apoyadas en un módulo de 3×3 m2,combinadas entorno a una plataforma de acceso elevada que otorga cierta privacidad y permite llevar a cabos tareas cotidianas propias de la sociedad filipina. En las plantas bajas existen pequeños espacios comerciales vinculados a las viviendas o no, para apoyar las iniciativas comerciales improvisadas que se perciben en la zona.
A nivel estructural, se ha optado por una estructura de pilares y vigas de madera aserrada, con luces de 3 m, y paneles rígidos en las zonas medianeras para dar respuesta al riesgo sísmico. Respecto a la solución adoptada frente a agentes atmosféricos, la edificación se asienta sobre plataformas elevadas, aislando de este modo a viviendas y comercios de la humedad o posibles inundaciones durante el Monzón. En cuanto a la protección solar, se ha optado por una doble cubierta que permite la ventilación y el aislamiento de la vivienda de la radiación solar, del mismo modo que las carpinterías de lamas de madera permiten una correcta ventilación y ayudan a mitigar el impacto solar.