| Nerea Castell Sagües
| 2013 | PFC | ETSAB (Barcelona)
| Profesores: Eduard Bru, Ferran Sagarra, Francesc X. Aldabo, Eduard Calafell
el vacío urbano
En el límite sur de Barcelona, en su encuentro con las poblaciones vecinas del Hospitalet y Esplugues de Llobregat, la ciudad se disuelve. Aparece un vacío urbano en desuso, ocupado por una vegetación descontrolada e impenetrable, con un fuerte desnivel debido al paso de una antigua riera proveniente de la sierra de Collserola.
Se propone revalorizar este vacío como espacio natural para la ciudad, dinamizándolo con equipamientos situados en los límites que aporten densidad y flujo de gente.
entre la ciudad y el parque
Se desarrolla en profundidad el límite más próximo a la ciudad consolidada, donde se evidencia la actual transición abrupta entre parque y ciudad. Es un solar aislado, perpendicular a la carretera de Collblanc. En éste se ubica un centro sociosanitario de rehabilitación para personas con discapacidad física. El edificio responde con su geometría a las 3 directrices principales de las calles que delimitan el solar y asume el desnivel topográfico favoreciendo la transición hacia el parque.
usos y relaciones
El centro sociosanitario combina en un solo edificio centro de rehabilitación, centro de día y residencia temporal. Estos usos se dividen en unidades de programa y quedan organizados en un diagrama circular según sus necesidades de luz, vistas, colectividad e interdependencia.
El diagrama permite una doble direccionalidad. Circularmente se establecen anillos que relacionan aquellos usos de sectores diferentes que comparten características espaciales similares. Radialmente se cruzan los anillos desde un centro común, estableciéndose una transición desde lo colectivo hacia lo privado. Esta ordenación abstracta anticipa la posterior planta central.
12 trazas
Doce muros curvos de hormigón definen el edificio. Estos son a la vez estructura y cerramiento, distribución y circulación, espacio interior y atmósfera.
Los muros comparten un centro común elíptico. Éste es el vestíbulo de recepción, iluminado cenitalmente. A través de aberturas puntuales en el muro, el usuario penetra en la sucesión de anillos, descubriendo los diferentes episodios que se generan entre muros. La variación del intereje entre muros permite intercalar núcleos de comunicación y patios en aquellos de luz pequeña, dejando la luz mayor para los espacios servidos.
La perforación del muro también es gradual. Desde un interior oscuro con pasos puntuales hasta unas franjas exteriores porticadas, que determinan la presencia urbana del edificio. No hay testeros, la fachada los absorbe con su curvatura.
En sección las franjas se escalonan, apareciendo terrazas que son una prolongación del uso del espacio interior. Una rampa conecta todas ellas proponiendo un recorrido exterior terapéutico.
materialidad
Funcionalmente el centro quiere ser como un hospital, sensorialmente pretende alejarse.
Se busca una atmósfera serena y estimulante. Espacios luminosos, higiénicos, dinámicos y frescos. Por ello se prioriza la vinculación de los espacios interiores con patios y terrazas, el libre movimiento a través de circulaciones circulares o radiales, materiales constructivos sugerentes y resistentes.
Hormigón, luz y vegetación son los elementos principales. De manera complementaria aparece la cerámica blanca como revestimiento exterior en fachadas y patios, y tableros de madera OSB en tabiquería interior y mobiliario.