Fuente: Jordi Garcés
Fotografía: Adrià Goula
Lo que tiene más valor del edificio-teatro, la antigua Federación Obrera del arquitecto César Martinell inaugurado el 1922, es el volumen total, su espacio global, las generosas medidas del edificio público, su carácter de bloque singular, medio industrial, con el poder suficiente para presidir un entorno de una manera similar al de las iglesias en el urbanismo tradicional, pero partiendo de una idea laica, desnuda y justa en referencia a los medios desarrollados.
Evidentemente, queda englobado en esta preservación el núcleo de acceso, con su fachada ornamentada, como elemento destacado de una determinada época que encuentra su total justificación cuando se contempla unido al gran volumen posterior.
Es fácil apreciar el valor urbano del edificio, sobretodo en la plaza posterior donde en el actual desorden de las edificaciones que le dan frente quedan en gran parte paliadas por el volumen enigmático y civil de nuestro edificio. Es el triunfo de las cualidades abstractas sobre las anécdotas de lo figurativo. Son más importantes las proporciones del conjunto, la discreción seria y elegante de la materialidad exhibida, la autoridad sin espavientos innecesarios. Muros de ladrillo visto con pilares externos de gran sobriedad y tradición constructiva.
Se disponen dos accesos, el actual desde la calle Jacint Verdaguer y el nuevo desde la plaza. Se crea un patio rectangular desplazado hacia un lateral con iluminación cenital que da unidad espacial a los diversos usos, permitiendo la creación de espacios de medidas distintas, y resuelve el enlace entre los dos ejes de acceso, el antiguo y el nuevo, que no se encuentran en correspondencia para marcar las diferencias cronológicas. Esta circunstancia es uno de los atractivos de la planta propuesta. Se derriba lo que es superfluo (el anfiteatro), y se dispone con comodidad el programa en los forjados que se construyen en el interior de la nave.
Se prevé un sótano para complementar los requerimientos de los espacios accesorios pedidos.
La escalera existente del cuerpo de acceso desde la calle que llega al anfiteatro, se prolonga hasta el nivel de la segunda planta. Este hecho de mayor utilidad permite justificar la conservación de este volumen protegido. Una nueva escalera situada cerca de la entrada desde la plaza llega a la tercera planta junto con el ascensor-montacargas situado en el segundo lado y también en la planta sótano de acceso más reservado.
Los materiales exteriores son los existentes, obra vista, y los interiores se mueven con un predominio de espacios blancos, lisos, luminosos, un poco como si de maquetas a tamaño real se tratara.
Esta opción arquitectónica construida intenta cargar de sentido contemporáneo al edificio heredado, enlazando historia y modernidad.
Localización:
Molins de Rei (Barcelona)
Surperfície:
2630 m²
Año de proyecto:
2007
Año de inicio de la obra y año de finalización:
2009 – 2011
Co-autores:
Jordi Garcés, arquitecto + Jaume Falguera, arquitecto + Joan Argemí, arquitecto
Colaboradores:
Daria de Seta, arquitecta
Anna Bonet, arquitecta
Fotografía:
Adrià Goula
Signat: una molinenca que segueix el blog... alguns sabreu qui sóc. Salutacions.