| Juan Montaña Martín
| 2012 | PFC | ESTAV (Valencia)
| Profesores: Manuel Portaceli e Íñigo Magro de Orbe
Cabanyal versión 1.0,
puaj!! –escalofríos- es una barriada de Valencia, a las afueras de la ciudad. Muy chungo, allí se vende mucha droga. De entre ellos los gitanos y peor aun los gitanos rumanos… Mierdas de perro en las aceras y de persona en los solares. Huele mal, sabe mal… no, no, definitivamente le vendría muy bien una prolongación de la avd. Blasco Ibáñez, a ver si lo adecenta un poco. Dicen mientras lo atraviesan para llegar a la playa.
Cabanyal versión 2.0,
es un pueblo marítimo – éste sí – absorbido por la ciudad fluvial de Valencia. Para entendernos. Y Blasco Ibáñez un escritor con una avenida muy, muy ancha, de esas desproporcionadas que tanto le gusta al coche. Antiguas calles de redes y pescado. Un pueblo en la ciudad que resiste tenaz al invasor, donde sus habitantes conservan todavía la alegría y la cercanía de vivir en comunidad, donde los edificios hablan a los transeúntes y las calles acogen actividades. Los gitanos amenizan el barrio con su alegría y su particular uso de la calle. Vamos, lo que antiguamente era un lugar para vivir. Dicen los que salen a comprar el pan.
Próximo al mar se encuentra la antigua Lonja de Pescadores, un edificio centenario de gran atractivo arquitectónico. Dividida en tres naves, la central queda como un espacio abierto a doble altura, donde tenía lugar la venta de pescado. Peces o presos de cárcel o heridos de guerra… sus usos fueron muy diversos, y es que la distribución arquitectónica permite una gran flexibilidad funcional. Su estado actual, aunque deteriorado, todavía acoge diversas viviendas de vecinos del barrio. Con el plan de la ampliación de la avenida Blasco Ibáñez, se pretende destruir éste emblemático edificio del Cabanyal.
En el entorno inmediato al edificio de la Lonja, se encuentra la Casa dels Bous, donde antiguamente se guardaba los utensilios de pesca y los toros o bueyes con los que se pescaba (mediante la pesca del Bou). Incorporar este espacio al programa se hace obligatorio, recuperando la relación funcional entre los dos edificios.
Se propone su intervención como ejercicio arquitectónico reivindicativo de una escala y una forma de hacer urbanismo diferente, para las personas vaya. En contra de esos urbanismos de tira-línea en plantas de 1:5000.
Se propone un programa que fortalezca los valores de tolerancia y solidaridad, un CIC, Centro de Integración Comunitaria para personas adultas con cierta deficiencia mental que necesitan una atención y educación especializadas. Importante resaltar los espacios intermedios, de conexión entre la Lonja y el barrio, así como de uso compartido también por los vecinos.
Se propone una solución académica por encima de grandes dificultades logísticas o constructivas, aprovechando la última oportunidad que brinda un Proyecto Final de Carrera.
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