| Fernando Canteli de Castro
| 2013 | PFC | ETSAM (Madrid)
| Profesores: Andrés Cánovas, Ramón Gámez
Después de una larga borrachera económica basada en el crecimiento urbano, la propiedad residencial y el desarrollo de servicios anexos desconocemos qué camino escoger hacia el futuro.
En Madrid el negocio inmobiliario ya no es motor para la ciudad. Las nuevas infraestructuras urbanas sin usuarios se abandonarán y deteriorarán siendo innecesario que las calles sin vecinos, los bancos sin sombras, las papeleras sin basura,… sean mantenidos.
Ahora sólo cabe pensar que los pocos medios de los que se dispone deben centrarse en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.
Rehabitando el barrio de Nueva Numancia se basa un sencillo análisis del parque de viviendas del municipio de Madrid. Partiendo de cuatro necesidades que actualmente son básicas en vivienda:
> Tamaño aceptable
> Bienestar higrotérmico mínimo
> Zonas verdes próximas
> Accesibilidad vertical
Con todo ello destaco que existen barrios con viviendas inferiores a 30m2, sin calefacción, lejanas de parques/plazas y que carentes de ascensor cuando realmente se necesita.
Otro factor actualmente determinante en este análisis es la caída del precio de la vivienda y la imposibilidad de que se ocupen los vacíos urbanos actuales en estas tramas consolidadas mediante la iniciativa privada.
Sumando todos estos condicionantes destacamos cuatro áreas en la primera periferia de la capital. Estos antiguos núcleos casualmente están cercanos a los nuevos desarrollos urbanos donde el Ayuntamiento ha clasificado suelo de forma desproporcionada y edificado numerosas viviendas públicas vaciando los centros.
Es ahora el momento de cambiar de objetivo y potenciar estos nodos urbanos envejecidos que articularían mejor la ciudad, no seguir centrado allá lejos donde antes se vendían casas.
Vallecas es un buen ejemplo de esta situación. Tanto Puente como Villa presentan tramas antiguas muy deterioradas que han servido de base para el desarrollo de PAUS como el Ensanche de Vallecas y Valdecarros, el cual todavía prevé la edificación de 55.000 viviendas para unos 150.000 habitantes nuevos.
Proponemos pensar en estos barrios como núcleos comunitarios que se interconectan entre sí para mejorar la accesibilidad al transporte público, comercio próximo y dotaciones de todo el barrio.
El proyecto se centra en uno de los núcleos clave donde actualmente la convivencia entre la edificación deteriorada y nueva es directa.
Numerosos solares de dimensiones considerables se encuentran actualmente vacíos y los nuevos caminos los potencian como futuras dotaciones comunitarias. Los nuevos módulos de mejora de la habitabilidad se apoyan en puntos libres entre la edificación que sirven de soporte estructural sobre las viviendas que los precisan. También se apoyan sobre ellos una nueva red de instalaciones urbanas como la recogida y reciclaje de pluviales o la distribución de energía eléctrica fotovoltaica
Este proyecto basa la intensidad de las actuaciones en las necesidades reales que tiene el barrio en la actualidad. Del estudio pormenorizado de los edificios existentes resultan las actuaciones previstas.
No se desea convertir el barrio en la copia de los ideales de los nuevos desarrollos urbanos (piscina comunitaria, paddle, garaje…) en los que nos vemos obligados a vivir, Pero si potenciar diferentes áreas relacionales entre los vecinos.
Los nuevos módulos de mejora de habitabilidad inciden en las cuatro carencias anteriormente enumeradas. Los ascensores sirven de base para los núcleos estructurales, los módulos amplían las viviendas de forma directa o indirecta por medio de habitaciones satélite, crean áreas comunes como huertos en altura o lavanderías, y sus cubiertas sirven de captadores de renovables. Se palían así las carencias de la edificación existente.
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